Érase una vez una banca que soñó que era una Fintech

Ese día fue complicado, lleno de problemas operativos en BancoT hizo que Justino llegara tarde a casa, malhumorado y distraído con los retos que tenía enfrente, hay días que no es fácil ser CEO – pensaba mientras bajaba del coche en dirección a la sala –

Fue directo a la cocina, en lugar de pasar por la sala, una garganta seca demandaba un vaso de agua con urgencia, ante las necesidades primarias poco se puede hacer, se tienen que cumplir de manera inmediata y cobran prioridad – pensaba mientras bebía un nuevo vaso lleno de agua refrescante –

– Hola amor – le saludo una voz femenina -, no te escuché llegar

– Hola – respondió al saludo de su esposa sin entusiasmo, ella le conocía bien – ¿Tienes problemas?

– Sí, muchos problemas y no ha sido un día sencillo, solo quiero darme una ducha y meterme en la cama a dormir

La mujer hizo una mueca mostrando decepción, no pasó desapercibida para Justino

– ¿Sucede algo amor?

– Es noche de cuentos de padre e hija, amor – tuvo por respuesta

El CEO se llevó ambas manos a la cabeza ¿Cómo puedo olvidarlo?, había prometido a su pequeña hija que le contaría un cuento para dormir, y siempre decía que las promesas no debían romperse, era una lección valiosa, como jefe de familia y CEO sabía bien que el ejemplo era la mejor manera de enseñar, maldijo para sus adentros y preguntó a su mujer

– ¿Sigue despierta?

– Es obstinada como … tú sabes quién, dice que no se dormirá hasta escuchar el cuento que le has preparado

Justino, suspiró y bebió otro vaso de agua, acto seguido se encamino a la habitación de su pequeña hija, no sin antes darle un beso a su esposa

– Regreso amor – le dijo – ¿A ver como me va? – ella solo alzó los hombros –

Al entrar a la recamara, pensaba que encontraría a la pequeña niña en la cama dormida, o a punto de hacerlo con un reproche dibujado en la cara, se equivocó por completo, la niña estaba sentada en una mesa escribiendo algo, apenas lo vio, le recibió con los brazos abiertos de par en par mientras besaba las mejillas de su progenitor hasta hacerlo sentir muy mal.

– Pensé que estabas dormida hija – dijo Justino

– No papá, sabía que vendrías a contarme un cuento y te estoy esperando

Justino no lograba concentrarse, sus problemas seguían en su cabeza taladrando sin encontrar respuesta, una auditoría pendiente, problemas operativos en el Banco, todo debía ser más simple si … una luz iluminó el camino, sonrío y le dijo a su pequeña hija que le contaría un cuento muy bonito que tenía que ver con su trabajo, la niña se mostró muy complacida y aceptó de inmediato muy contenta.

– El cuento se llama: “El banco que soñó que era una Fintech” inicio diciendo Justino

– No tengo idea que es una Fin …

– Fintech amor – añadió Justino –

– Ah, ni siquiera puedo decirlo papá

Justino se quedó pensando un momento, era una persona muy creativa y se le ocurrió algo de pronto

– Es como el kínder y la primaria hija, la banca es la primaria y la Fintech es el jardín de niños

Su hija de apenas seis años recién cumplidos estaba ya en primaria y el cambio no resultó muy sencillo para ella, tenía presente los problemas que le había presentado cambiar de algo que era divertido por otro modelo lleno de reglas y no tan divertido.

– Entonces la banca no es divertida – dijo a su padre  

– No de hecho no – reconoció el CEO muy a su pesar

Y le narró algo que el mismo al descubrirlo le sorprendió

“El kínder y la primaria se dedican a lo mismo, pero no lo hacen igual, pasa lo mismo con la banca y la fintech” – Justino

– ¿Por qué te gustaba el Kínder? – preguntó a su hija

– Papá, se supone que me tienes que contar un cuento, no que me hagas preguntas – replicó con esa mirada que reconocía de su esposa

– Lo sé amor, pero si platicamos de lo que nos pasa es más divertido y juntos podemos crear ese cuento ¿Qué te parece?

– Me gusta – respondió sonriendo, mostrando la ausencia de un diente, recién mudado –

Y Justino, volvió a preguntar ¿Qué le gustaba de la primaria?

– ¡Del Kínder papá! – le corrigió, estás distraído –

Se disculpó y con las respuestas que su hija le daba se ganó la concentración total de su padre.

Todo este relato me lo hizo mi amigo, para luego darme las conclusiones que llegó con su hija, que son interesantes, son las siguientes:

En el kínder todas las personas se preocupaban por los niños y las niñas, en la primaria solo de algo que llaman “programa”

Al hacer la comparación con una Fintech que piensa en como agradar a su cliente, que brinda una experiencia pensada y si fallas corregir en pleno vuelo, a diferencia de una banca que muchas veces se ocupa más de la planeación estratégica, los resultados y salir en la foto para ascender en la escala corporativa.

Está claro que los más despiertos han visto la necesidad años antes, no han esperado el cambio y han puesto el norte en un futuro imaginado, pero la gran mayoría está dentro de la operación y lejos de la estrategia, ocupados en lo que quieren lograr más que en lo que las personas necesitan.

En el kínder teníamos juegos y libertad de crear cosas, en la primaria todo es seguir indicaciones

A veces nos gusta romantizar las cosas, y en este punto conocí a Justino con los boinas rojas con verde un banco que vimos y ayudamos a nacer y crecer, al principio cuándo éramos pocas personas las cosas eran fáciles de hacer, nos divertíamos y nos conocíamos casi todos, el trato y la cultura era directo y ágil (no existía nada de estas tendencias en esos días, era natural) pero con el tiempo las cosas cambiaron y de manera paulatina sin apenas notarlo, tuvimos burocracia, vinieron personas que implantaron grandes procesos para controlarlo todo, se murió de manera lenta la agilidad y empezamos seguir indicaciones, cerrando la ventana de libertad en favor de la estabilidad y el crecimiento … al menos así lo vendieron.

En el kínder podíamos cometer errores y decían que era parte del aprendizaje, en la primaria se castiga si no aprendes las reglas

En las grandes corporaciones se tiene una manera de hacer las cosas, no se puede cambiar el BAU (Business as usual) igual que siempre se puede decir, se cuestiona el cambio por el riesgo que puede acarrear al negocio y no te dejan participar, ir contra el sistema es atentar contra las reglas, aunque de manera paradójica sabes o intuyes que ni es una buena idea, el inconsciente colectivo se impone sobre tus deseos y aceptas alinearte antes que ser un agente de cambio.

Es importante aclarar, dijo mi amigo, que a veces puede resultar en un despido y ese miedo te deja atado a tu silla y al quehacer diario de la misma forma.

En el kínder todos sabíamos que era diversión para aprender, en la primaria solo nos enseñan sin diversión

¿Dónde quedó la diversión?, pero va más allá de tener columpios, mesas de futbolito y andar de jeans, es encontrar diversión en tu quehacer para generar productos o servicios que den satisfacción a las personas, la diversión es un ingrediente importante para levantarse todos los días y proponer.

En el kínder lo importante eran los niños y niñas, en la primaria es el director

Cuando llegamos a esta reflexión que, por cierto, Justino tenía apuntadas en una libreta, dijo que cuándo su hija ya no respondía por qué dormía, se fue directo a su recámara a escribir lo que le había dicho para no perderlo

– No entiendo como haces para recordar lo que platicamos amigo

– Anclas mentales – respondí – es como subrayar lo importante en un libro y luego llenar los huecos en ingeniería en reversa

– Interesante – respondió el CEO

Al llegar a este punto amigo – dijo Justino en un tono de voz más bajo de lo normal – me hizo sentarme en la orilla de la cama de mi hija, creo que en ese tiempo de durmió al no preguntarle más, pero me sentí tan ansioso y luego alterado, no conocía la respuesta a mi cuestionamiento, pero era seguro que no me gustaría nada, tenía que averiguarlo cuanto antes.

– ¿Cuál es esa pregunta amigo? – interrumpí

Mi amigo Justino suspiró, hizo una mueca con los labios para decirme:

¿En BancoT que es lo más importante, los clientes o el mandato del CEO?

Autor: Héctor Ortega

Muchas gracias por leerme

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 400 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor del libro: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” disponible en Amazon

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