El vendedor de APIS

Era un domingo caluroso, los vecinos salían a tratar de refrescarse en la atestada calle llena de comerciantes ambulantes, una algarabía se respiraba en el ambiente, un grito hizo que la mayoría de los ojos buscarán de donde salían un pregón:

“Le han pedido Open Banking en su entidad, tengo APIs para usted, de todos los modelos, con la autenticación necesaria, solo tiene que configurar lo que necesita y en menos de dos horas tendrá su modelo de cumplimiento garantizado”

A más de uno les llamó la atención el pregón del vendedor, la oferta se tornaba interesante

– ¿Garantiza un total cumplimiento normativo? – quiso saber un transeúnte

– En su totalidad – dijo el vendedor – tengo APIs para todas las necesidades, gobernabilidad, trazabilidad en tiempo real, control de peticiones por diferentes criterios, origen de la petición, intervalos de ráfagas de petición, por tiempo, es configurable en su totalidad – con voz muy convincente –

– ¿Y si queremos cobrar por el uso de las APIs?

– Contamos con el proceso de registro de terceros, procesos de validación y facturación, reportes para sus clientes y para la entidad financiera

– ¡Me encanta! – respondió el transeúnte que miraba sin saber por qué, directo a Justino que también se convencía

– Los procesos de registro la mayoría de las ocasiones, son muy engorrosos …

– No tienen que serlo – interrumpió el vendedor, nuestro proceso de integración con terceros mantiene informadas a las partes en cada paso del proceso, reduciendo la …

INCERTIDUMBRE

Al unísono dijeron la palabra, el vendedor aplaudió mientras con la mirada y gestos daba el crédito a Justino, ante la mirada de los curiosos. Entre la multitud que se empezaba a reunir, se hizo paso una mujer con cabellos rojos que brillaban con una intensidad inusual en el sofocante calor

– ¡Quiero ver una demostración del servicio! – dijo mientras se plantaba frente al vendedor de APIs

El vendedor no se inmutó, se alejó unos pasos hasta una mesa que tenía un lienzo rojo de seda, con un ademán un ayudante puso música de fondo

– Señorita, le presento la última solución para Open Banking, no necesita nada más, en dos horas tendrá lista la integración con total cumplimiento y …

Mientras decía la última frase, el vendedor descubrió lo que el lienzo de seda ocultaba, eran tres pantallas enormes, en la primera tenía un tablero de control donde se leía con letras negras y grandes:

“Tablero de métricas para toma de decisiones”

Explicó que eran indicadores de negocio, para conocer en tiempo real como se consumían los servicios, la facturación que esto tenía para la organización y detalles de conectividad histórica, entre otros indicadores, el vendedor no perdía tiempo, como si fuera un mago mostró la segunda pantalla, se leía:

“Registro de terceros para Open Banking”

Se empezó a reproducir una especia de gif animado, mientras explicaba el proceso de que estaba pasando, en solo tres pasos se hacía el registro, dividido en tres partes:

  1. Datos generales para contacto: Señores y señores – dijo el vendedor – no son datos de contacto, son datos PARA contacto, en adelante veremos la razón de la importancia
  2. En una etapa posterior, luego de entrar a la plataforma, lo recibe un tutorial con la posibilidad de hacer por sí mismo una prueba del proceso: El objetivo es enganchar al cliente con la utilidad que le puede dar Open Banking – dijo el vendedor ante un complacido Justino
  3. Solicitamos información complementaria, una vez que tiene intención de unirse a la plataforma, si por alguna razón no lo hace en el momento, lo que hacemos es contactarlo con la información que nos ha dejado en la primera etapa del registro

La solución ha ganado varios premios, entre los que destacamos …

– No me interesa – dijo la pelirroja ante la sorpresa del vendedor, por primera vez le tomaron desprevenido

– Señorita, los premios son relevantes para tomar decisiones, debido a …

– Sigue sin interesarme – repitió la mujer mientras separaba un mechón rebelde sobre su rostro

El vendedor no se daba por vencido, quiso seguir su perorata, pero un ademán de la joven le hizo desistir, empezó a sudar en forma copiosa por el calor y el momento, se desplomaba por no seguir el guion que ensayó sin duda alguna, un gesto de su asistente hizo que Justino viera su desconcierto, no quiso intervenir

– ¿Qué le interesa, señorita?

La voz le hizo volver, una persona de maneras elegantes le veía amable pero firme a los ojos, sin mover la vista alcanzó a ver una mujer muy alta y de tez muy blanca, vestida en su totalidad de negro a pesar del calor no tenía ni una sola gota de sudor

– No transpiro con facilidad, es un defecto de mi piel – dijo como si adivinara los pensamientos de … todos los curiosos

– Me interesa conocer lo que la hace distinta, no lo que debe tener la plataforma como requisitos mínimos

El vendedor intentó tomar la palabra, una mirada de la mujer elegante le detuvo en el acto

– Le dijeron que la herramienta puede detectar, informar y alertar en tiempo real, el uso de la información cuándo sobrepasa al tercero ¿Le dieron la explicación? – el vendedor se mordía las uñas –

– Eso si me interesa, ¿Tienes detalles? – respondió la pelirroja, sin dejarse impresionar

A un movimiento de la mano, el vendedor y su asistente, le mostraron en la tercera pantalla lo que podía suceder en un caso de que el autorizado cediera la información a otro ente, cosa que estaba prohibida por la regulación.

Hicieron la demostración en tiempo real, la herramienta detectó que el tercero compartió la información con una entidad que no estaba autorizada, la alerta le llegó a la mujer elegante, ante unos espectadores silenciosos que luego de unos segundos estallaron en un aplauso

¡Viva el vendedor de APIs!, vitoreaban en medio del calor sofocante

Justino que hasta entonces había sido un espectador más, se acercó a la mujer elegante y le dijo:

– ¿Dónde firmo?

Ella le miró y apareció un bolígrafo en su mano, el vendedor le trajo un contrato y en menos de cinco segundos, Justino estaba inclinado sobre la mesa de los monitores de la demostración a punto de firmar el contrato.

– ¡Espera! – una voz tronante que venía detrás de toda la multitud hizo volver la vista y distraer de la firma a Justino

La voz se le hacía familiar ¿De quién era esa voz?

Pasaron unos segundos interminables, para que la persona se hiciera espacio entre la multitud, no tenía prisa en su andar, su figura delgada con el radiante sol era complicada de distinguir.

– Te falta revisar algo, Justino

Estaba a dos pasos del CEO

– ¿Diego? – mientras el viejo sonreía

– ¿Qué me falta? – Diego no decía nada, solo le veía y sonreía

– ¿Qué me falta revisar, Diego?

– Ayúdame ¿Qué me falta, por favor?

La multitud se reía a tambor batiente mientras se veían unos a otros

– Amor, amor …  – decía una voz femenina

– Despierta amor, es una pesadilla – reconoció a su esposa

– ¿Qué me falta? – dijo Justino como respuesta

– No sé de qué hablas, amor, tenías una pesadilla, murmurabas algo

– ¿Y sabes que es?

– Algo como … Open Banking, creo – dijo dudosa su esposa

– El negocio ¿Cómo hacemos negocios? – dijo riendo a todo pulmón el CEO, se ponía las pantuflas se dirigía al baño, repitiendo, negocios, los negocios es lo que importa, no la herramienta de APIs

Dos pequeños pasos había dado, regresó y besó en la frente a su esposa, mientras seguía riendo dirigiéndose al baño murmurando … negocios, negocios …