El contexto es el rey

Ayer le llamé a Justino, me sorprendió lo rápido que me ha contestado, me dice que está más relajado ahora, que si vamos a comer me platica la razón de esa tranquilidad, acepto por supuesto.

Da la hora para comer, ha sido inusualmente puntual, viene caminando con cadencia que solo puede dar la tranquilidad, me mira y me saluda casi cantando, tan feliz es mi amigo, que me resulta increíble.

Estoy a punto de preguntar el origen de esa felicidad, me detiene con un gesto un tanto autoritario pero no exento de amabilidad, para decirme:

-Amigo, te contaré lo prometo, de hecho tengo suficiente tiempo para platicar toda la tarde, pero primero dime, noté algo que me querías comentar ¿es así?

-Sí amigo, nada importante creo, solo que tengo que agradecerte mucho esa frase que me repites a menudo

-¿Cuál de todas amigo?

“En los negocios, el contexto del cliente es el rey”

– Justino

-Y, me imagino que es en relación a este tema que me quieres compartir algo

-En efecto Justino, te quiero contar algo que casi olvidé pero a raíz de tu frase me ha venido a colación

-Te escucho amigo – dijo acomodando su humanidad en la silla –

Hace muchos años, cuándo ambos pertenecíamos a los boinas rojas con verde – Justino asintió en señal de entender a que me refería – tuvimos una experiencia que me ha hecho entender que el contexto es el rey amigo, te la comparto.

Nos mandaron a 3 personas a otro país a revisar una solución de reconocimiento facial, te hablo del 2006 si no mal recuerdo, el punto es que teníamos una misión y era simple y muy ambiciosa:

“Cuándo un cliente visite la tienda de retail, a través del reconocimiento facial identificarlo, para darle una atención personalizada sin fricción”

– Los boinas rojas con verde

Para ello nos dieron capacitación del producto unos doctores en física y matemáticos y demás, la solución estuvo completamente funcional en dos semanas de estadía en las instalaciones del proveedor de la solución, validamos de manera exitosa los rostros que se contrastaban con la base de datos, es claro que no eramos novatos – Justino solo río por lo bajo – teníamos dudas al respecto de los indicadores principales, tales como:

  • El tiempo de respuesta validación, un tema crucial … pero bien resuelto contra millones de registros (10 millones era el universo en esos días)
  • El registro de clientes un tema a resolver, pero se podía cubrir bien las pruebas, no presentaba mucha fricción
  • Los elementos de hardware no eran cosa del otro mundo, CAPEX cubierto (ya en esos días me hablaban de esos temas)
  • La relación de búsqueda de 1:n ( es decir con solo una cara buscar en los 10 millones de rostros almacenados) el fierro que tenía el core no presentaba mayor problema (1 TB de disco duro en estado sólido haría el trabajo) y los SDK tenían buena pinta su algoritmo de búsqueda
  • El porcentaje de aproximación para dar por bueno un rostro, en la biometría es aproximación lo que se mide no certeza al 100%, la solución la tenía la CIA y funcionaba bien en campo

Regresamos a México con un demo bien estructurado, contentos de tener una aproximación que podría revolucionar el sector financiero en esos días, y lo presentamos con los tomadores de decisión que quedaron tan impresionados, ya que realizamos todo el proceso, desde registrar su rostro, validarlo mientras caminaba por un pasillo viendo las cosas de manera casual en una tienda de demostración que se tenía en el corporativo.

Al finalizar la presentación, y cesados los aplausos y felicitaciones, el tomador de decisiones dijo: ¡Vayan a revisarlo en campo! cuándo esté listo buscamos al señor dueño para que vea esta innovación.

Y muy contentos, con el presupuesto asignado compramos mejor equipo de cámara y de computadoras, para hacerlo más real, nos conectamos a una red de la organización para en las condiciones de campo validar mostrar el producto, una vez que tuvimos todo el equipo y los permisos de red con todo la parafernalia nos fuimos a campo, escogimos una sucursal que estaba a pocos kilómetros del corporativo, instalamos todo dentro de la mencionada sucursal, hicimos un registro del gerente para que viera “el último grito de la moda” en tecnología y que revolucionaría el mercado y pondría a la empresa en los cuernos de la luna (así era nuestro discurso, no te rías amigo – le dije -) y usted será el primero en probarlo.

Y una vez terminado el registro, que le gustó mucho por ser sencillo y fácil de hacer sentado en una silla en unos segundos teníamos el triángulo que forma ojos, con comisura de labios que se requiere para la toma de biométrico, ya sentíamos el éxito y las mieles por este proyecto, seguro nos daría puntos en nuestra carrera dentro del banco.

El último punto … el reconocimiento facial del gerente, para que en pantalla apareciera su nombre sin decir una palabra apenas entrara a la tienda, y vamos pues a probar este proceso para irnos corriendo a presumir al tomador de decisiones … dijo todo el equipo muy emocionado.

¿Donde podemos poner las cámaras? -pregunto un ingeniero de mi equipo- si las pongo en el techo de la nave (las tiendas son una nave casi todas) no tenemos la potencia para identificar, luego se cruzan los muebles y la mercancía, que dificulta encontrar a la persona … – empezamos mal pensamos, pero podemos buscar alternativas, no nos detiene de la gloria – y seguimos buscando ideas, espera -dijo otro ingeniero del equipo – pero no el mejor punto para ver a la persona y reconocer la cara es … la puerta de entrada –

¡Claro! y además tiene un dintel donde podemos poner las cámaras y no tendremos problema para encontrar el rostro de los clientes, hemos resuelto la dificultad – celebramos –

Y apenas terminamos de instalar en el dintel las cámaras, nos encontramos con esta lección que me has dicho amigo: “El contexto del cliente es el rey en los negocios”, y se hizo presente: El contexto.

La sucursal y así la gran mayoría en su formato, tiene que estar en una avenida transitada para tener clientes, algunas dejan un estacionamiento en la puerta principal para los clientes, dada la afluencia de personas casi siempre está llena de automóviles de clientes o de fletes que les llevan sus muebles a domicilio … y los parabrisas de estos autos reflejan la luz solar de una manera que … es imposible detectar los objetos por el brillo.

¡Ahí murió la iniciativa! con grandes lecciones a cuestas …

El formato de sucursal es la joya de la corona, no se puede modificar por un tema de reconocimiento facial, los muebles dentro de la tienda es parte del formato y es muy complejo encontrar la cara del cliente de frente, lo cuál ocurre solo en la entrada … el contexto es el rey … nos quedó claro.

Justino guardó silencio por unos minutos, me hizo un par de comentarios relativos a mi anécdota, luego he cambiado de tema para recuperarme un poco, y no olvidé que al inicio me dijo que: Me contaría por qué estaba tan relajado y tenía toda la tarde

-¿No te han despedido verdad? – rió muy fuerte que casi se ahoga con la cerveza que estaba tomando, ensuciando su camisa –

-¡No amigo!, claro que no, se llama estrategia

Y no quiero hacer más largo una más de las #CharlasConJustino, la contaré en alguna otra oportunidad, te mando un saludo y muchas gracias por leerme.