Despedidos

¡Están despedidos todos!, le dijeron a toda la primera línea del banco, desde el CEO hasta el último asistente a la reunión, se miraron unos a otros, como si esperarán que en cualquier momento revelaran que era parte de un ejercicio integración o un mal chiste, daba igual, solo querían que fuera mentira.

– ¿De verdad les dijeron eso amigo? – pregunté a Justino, quién me estaba platicando esta historia mientras comíamos en su lugar favorito, estaba de muy buen humor aquella tarde, mientras recordaba un pasaje de su trabajo anterior a BancoT donde era CDO de un banco importante pero un tanto tradicional.

Me estaba diciendo que todo empezó una tarde de miércoles de octubre, trabajaba para un grupo empresarial que entre otros negocios tenía un banco como brazo financiero, el dueño era un personaje importante del país y con mucha influencia en la vida política y económica, este señor tenía varios hijos que estaban ya mayores y quería se encargarán de la sucesión familiar de la empresa, entre ellos una prometedora joven que estaba dando sus primeros pasos en los negocios con una consultoría donde era por supuesto, la CEO y socia principal que daba servicio a todo el grupo de su papá, su nombre Clara, delgada rubia y de ojos verdes profundos, amable y muy sencilla a diferencia del padre, debo decir como nota importante.

Ese miércoles por la tarde, Clara mandó un correo electrónico a toda la primera línea del banco, entre ellos el CDO Justino de esos días que estaba en la tercer fila detrás de los Vicepresidentes de la organización, lo estaban incluyendo a un retiro empresarial para el día siguiente en un fin de semana como una actividad de la organización, y sonaba más bien a mandato que a invitación por la poca antelación, pero así era la cultura en el banco, nada sorpresiva la invitación, asintió con la cabeza mi amigo según me dijo, y llamó de manera inmediata a sus esposa, para decirle que por favor le ayudara a tener todo listo y, que estaría fuera viernes, sábado y domingo, ella lo tenía claro no pregunta nada y ocultando su pesar le dijo que estaba perfecto, ocultando un suspiro que salió apenas colgó para que su esposo no escuchara.

El lugar para el retiro era un hotel – hacienda colonial a poco menos de una hora de la ciudad, les pidieron llegar a las 8:00 am el día viernes, eran libres de llegar jueves o el mismo viernes siempre y cuándo fueran muy puntuales, Justino para estar poco más tiempo con su familia decidió salir el viernes en la madrugada para no ir con prisas en su auto al lugar de la reunión, llegó con tiempo de sobra en esa mañana fría, se instaló en la habitación que el asignaron y le comentaron que el desayuno estaría listo a las 8:00 am que se le esperaba en el salón de nombre: Francia.

Le dio tiempo bañarse y prepararse para ir al salón mencionado, no tardó mucho en encontrarlo con la ayuda de los asistentes de la hacienda, al entrar se mostró cohibido un tanto, estaba repleto ya de la primera línea, busco rápido su reloj eran las ocho menos cinco minutos de la mañana, ah tiempo pero no tanto por la mirada que su jefe le regaló como bienvenida, era muy probable que hubieran llegado la noche anterior, les empezaron a servir el desayuno y entabló conversación con su vecina, una mujer directora de métodos y procedimientos de nombre Martina, no le caía muy bien pero no quería ser descortés.

Un sonido estridente de micrófono cuándo se alista a ser usado, hizo callar ese murmullo de gente que ya estaba terminando de desayunar, Clara tomó la palabra y dijo fuerte y claro, con esa voz de mando y seguridad interior que da el nacer en cuna de oro:

– Hola buen día, les damos la bienvenida a la reunión del Banco, trataremos varios puntos importantes, pero antes de continuar, quiero presentar a Vicente, él nos apoyará para llevar las actividades de este fin de semana

El tal Vicente, era un tipo grande de cabello largo hasta el hombro atado en una coleta, con jeans y playera deportiva, lucía muy informal para el evento a juicio de todos incluido el propio Justino, al subir al estrado del salón se notaba que no usaba calcetines, se movía con jovialidad a pesar de su edad, y no tenía reparo alguno en conocer donde estaba parado, se notaba que venía a realizar su trabajo sin más ni más, pero al hablar toda esta impresión se esfumó:

– Buen día – saludó en tono fuerte mirando de hito en hito la audiencia – el primer mandato que traigo y que debemos cumplir es el siguiente:

“¡Están despedidos todos!”

El silencio inicial se podía literal “escuchar” aún como paradoja da buena fe de lo sucedido, unos a otros se miraban intentando recuperarse del impacto de la noticia, esperaban que fuera mentira, o una mala broma o parte de las actividades, daba igual, querían recuperar la tranquilidad a como diera lugar, no sabían si reír, llorar o como actuar, complejo para alguien que se supone debe tomar decisiones todo el tiempo en favor de la organización.

– ¿Qué están esperando? – preguntó el tal Vicente – les he dicho que están despedidos, su acento de extranjero se le notó un tanto exagerado, no dejaba de ser chocante bien fuera por su voz, bien por la noticia, quizá una mezcla de ambas cosas

Las miradas y murmullos se incrementaron, los ojos no tardaron en buscar a Clara, la hija del dueño del grupo empresarial, ella tenía la última palabra, eso era claro para todos, pero Vicente los atajó poniendo su humanidad frente a Clara como protegiendo de las balas que le lanzaban.

– Es un mandato del papá de Clara – dijo Vicente – así que no hay nada que discutir

Justino me dijo que un escalofrío recorrió su espina dorsal, pensó en su familia, en la hipoteca, en la colegiatura, apenas había adquirido un coche a crédito, no sabía que el banco fuera mal y estaba a gusto, diez años en el banco pensó y, sin apenas notarlo empezó a calcular su finiquito y como lo debía administrar para encontrar un nuevo empleo, luego vino la cara de su esposa, ¿Cómo se lo diría? Pasó de la autocompasión al coraje en un chasquido de dedos, entonces ¿Nos hicieron venir hasta aquí para despedirnos? … una serie de improperios empezaron a escucharse en el salón, amenazas de ir con su abogado con todo, eran muchos años no pueden hacernos esto.

“Yo he dejado mi piel en esta empresa”, dijo un Vicepresidente dando lujo de detalles de reuniones a altas horas de la noche, de sus veinte años en la organización, la hizo crecer y ahora así le pagaban … pero esto no se queda así, seguía amenazando ante una Clara impasible por fuera al menos … los ojos denotaban cierta preocupación si se le observaba con detalle, claro que nadie lo hizo, estaban más preocupados de su situación y su futuro inmediato, cosa extraña nadie quería ser el primero en salir del salón, como si ese simple gesto fuera un acto de aceptar que te han despedido, hasta que …

Lucía, la directora del departamento legal del banco, tomó su bolso y dio medio vuelta sin decir palabra alguna y salió con zancadas cortas pero enérgicas, como aplastando al suelo ante la mirada de los asistentes, otra mujer le secundó como para unirse a la causa femenina y expresar valor en público, y de manera sucesiva uno a uno fue saliendo para buscar sus cosas en los cuartos.

La hacienda tenía una particularidad, una solo entrada y salida para unirse a la autopista de regreso a la ciudad, Justino no tardó mucho en tomar sus cosas, en realidad no desempacó y eso le facilito el trabajo, pero seguía pensando en su esposa y los problemas que le venían encima, su hija recién nacida hizo que un suspiro saliera sin poder controlarlo y una lágrima rebelde estuvo a punto de asomarse, se contuvo y con mueca de resignación apretando los dientes se dispuso a buscar su coche.

En le amplio estacionamiento estaba una chica muy seria, le indico que le esperaban en el salón Japón, que ella le guiaría hasta dicho salón, en ese momento se dio cuenta que era una fila de chicas que estaban esperando, le hizo saber que era importante su presencia para darle instrucciones sobre la información que hacía una hora le habían dado ¿Una hora? ¿Tanto tiempo pasó?, Justino no lo había notado vaya si que le había impresionado su despido, augurio de un futuro, pero, no adelantamos nada a usted querido lector o lectora, vamos por partes y respetando el orden natural de las cosas.

Casi de manera mecánica se encamino dirigido por la chica, no se dio cuenta del trayecto seguía pensando en que le esperaba en su futuro (imaginas si le pudiéramos decir en aquel momento que sería CEO de un NeoBank, bueno, las cosas no suceden así ¿verdad?).

Al llegar notó un salón más grande y lleno de mesas, cuadernos, pizarrones y cosas en que no reparo mucho, vio a Martina a lo lejos y con una sonrisa a medias le saludo de nuevo, no recibió ni un gesto por respuesta, pero lo entendía perfecto, debía estar igual que él muy preocupada por su futuro, el mencionado salón estaba medio vacío aún cuándo llegó Vicente con una sonrisa en el rostro, subió al estrado frotando sus manos y les dijo:

– ¡Señores y señoras, están contratados de nuevo!

Y antes que le llovieran improperios, tazas, tacones, zapatos y demás, dijo muy fuerte y claro:

“Ahora que es su primer día de trabajo en este su antiguo empleo ¿Qué harían de diferente?” – Vicente

La gran mayoría cayeron sentados en la silla más cercana, los que no suspiraron de alegría, se sumieron en pensamientos reflexivos, el mismo Justino me dijo que él se llevó varias lecciones ese día, pero de las más valiosas tiene una que me compartió hace tiempo, ahora sé cuándo la aprendió:

“Debes aprender a gestionar tus riesgos, todo el tiempo sin importar el tiempo” – Justino

Y esa lección le dio la catapulta inicial para cambiar de vida, eso lo llevó a dar el primer paso para ser CEO de BancoT, le llevo también a otras tantas lecciones valiosas, y la siguiente que llegó a planear para ejecutar con su esposa el domingo por la noche cuándo llego a casa, luego de platicarle (advirtiendo antes que era un ejercicio para no preocupar a su esposa) lo sucedido en el retiro de la empresa, es la siguiente:

“La gestión de tus finanzas es un factor decisivo de felicidad” – Justino

El asunto que Vicente quería ese día, si bien con maneras muy poco recomendables, pero sin duda efectivas, era darles esa sacudida de realidad sin más ni más, al final todos los asistentes terminaron muy agradecidos con el tal Vicente, no solo les había dado nueva vida y sentido a sus carreras ya de años dentro del banco, sino a más de uno le dio mucho en que pensar y actuar.

“Si piensas que vives en una serie de hechos que se prolongará por mucho tiempo sin alteración, vives en una mentira” – Vicente

A partir de ese día Justino empezó a gestionar su marca personal, para que el riesgo de ser despedido (siempre latente) no fuera sino un empujo a otras oportunidades, lo que sucedió un par de años después.

Con estas reflexiones terminó de contarme la historia mi amigo, no pude decirle más que los métodos me parecían chocantes pero efectivos, no sé si los resistiría amigo, le dije en casi una confesión de mis pensamientos.

Lectora o lector que estamos aquí ahora ¿Tú que opinas? ¿Cómo reaccionarías ante un evento así?

Eso me quedé pensando, para cuándo plasmara la historia de mi amigo, y me sacó de mis pensamientos preguntando:

– ¿Y sabes que es lo más interesante amigo?

– Ni idea, Justino

– Qué encontré mucho tiempo después a Vicente y la semana pasada hablé con él, me contó que Clara no sabía que haría eso, que era su segundo día de trabajo, ¿Puedes creerlo?, su segundo día y despidió a toda la primera plana del Banco, eso sí que es tener … agallas amigo

No puedo decirte la sorpresa que me causó lo que me decía mi amigo, casi me atraganto con la comida, me tomó por sorpresa.

– Amigo, casi te ahogas y aún no te he dicho lo mejor

– ¿Qué es Justino?

– Vicente estará en BancoT la semana siguiente, todo el equipo está invitado y tú por supuesto si nos quieres acompañar, Vicente tiene esa capacidad de retar en pensamiento lateral, por lo que será enriquecedor para toda la empresa, darles un poco de aires de realidad a sus vidas, así que el único favor que te pido es que pongas cara de sorpresa de todo y no comentes con nadie si sale con algunas cosas como la que te he contado

– ¿Es qué no sabes que hará?

– ¡Obvio no! – dijo Justino con una carcajada – sino ¿Dónde estaría la sorpresa?

Y seguimos con la sobremesa, cambiando a temas más mundanos de amigos

Muchas gracias por leerme, siempre se aprende mucho de mi amigo con sus historias.

Autor: Héctor Ortega

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 400 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor del libro: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” disponible en Amazon

https://www.amazon.com/author/hctorortega