La transformación digital es una estrategia no un proyecto

¿Recuerdas amigo, cuándo estábamos seguros qué la transformación digital inicia por la cultura de la organización? – me preguntó mi buen amigo Justino, mientras bebía de su humeante taza de café en una terraza de Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México.

Era algo que no se discutía, como de esas verdades evidentes que no se requieren cuestionar, hoy sale el sol y más tarde vendrá el atardecer, el día, la tarde y luego la noche, una lógica irrefutable y probada en el tiempo una y otra vez – pensé mientras asentía con un movimiento de cabeza –

Pero de pronto, entre sorbo y sorbo al café aunado al silencio de mi interlocutor que miraba absorto el entorno, donde la gente iba y venía en un vaivén casi hipnotizador, noté que me estaba cuestionando y esperaba que preguntará que cosa había descubierto, no era normal que Justino pusiera en tela de juicio lo que creía, uno de sus grandes defectos que él mismo reconocía.

Como si me leyera la mente mi amigo, empezó a decir sin dejar de mirar el ir y venir de la multitud de gente.

Diego, me decía algo que olvidé por completo y que debía ser parte de mi gestión como CEO de BancoT amigo:

“Lo que damos por sentado, debemos ponerlo en tela de juicio de vez en cuando, así tendrás nuevas perspectivas” – Diego

El fin de semana largo de día de muertos, que fue lunes y martes, me fui con mis suegros desde el viernes para aprovechar los días de asueto, todo iba muy bien, comimos, bebimos, platicamos mucho, y ya por la noche se les ocurrió que sería buena idea que nos fuéramos a la playa a un viaje familiar, podíamos levantarnos temprano y llegar para almorzar frente al mar, una idea genial sin duda que toda la familia recibió bien.

Mi hija menor, nos miró a todos de hito en hito, con su oso de peluche bajo el brazo moviendo su pequeño cuerpo dijo:

– ¿Por dónde empezamos el viaje, papá? – Justino hizo énfasis en “el viaje

No sé qué pasó amigo – dijo el CEO – pero esa frase me destapó los oídos, en sentido figurado claro, el viaje de la transformación digital, ¿Por dónde empezamos? …

– Espera amigo – atajé rápido la reflexión -, pero estabas con tu familia y relajado en una reunión familiar ¿Qué tiene que ver con BancoT?

No hay resultados visibles amigo – dijo con cierta preocupación – estamos a fin de año y no logré reflejar las iniciativas en lo que a la Transformación Digital se refiere, partí de la idea firme de la cultura, hemos tenido avances, las personas son nobles y cooperan, pero en el estado de resultados no se refleja y es la métrica para mi responsabilidad como CEO y, eso me quita el sueño, por qué se han hecho y no lo puedes negar – asentí – que hemos avanzado, pero no es compacto o suficiente para demostrar que hay algo significativo, y para enero del año venidero tengo que dar ese informe a los accionistas, de cara a mi plan de acción de Transformación Digital a cinco años.

Veía a mi amigo tranquilo, sabía bien que no era el único frente a cubrir, de hecho, tenía muchos frentes, pero estaba cubierto, solo era muy exigente consigo mismo, era el único frente que no tenía resultados claros a su punto de vista, sin duda existían y eran palpables, bien podía decir que para el año siguiente empezaría a reflejar en el estado de resultados, y en mi fuero personal lo creía a pie juntillas, no tenía pizca de duda, pero quería saber más al respecto.

– ¿Y qué piensas hacer amigo?

Se volvió de manera momentánea hacia mi persona, me sonrío y dijo:

– Ya hice amigo, puse en tela de juicio mis creencias para que me dieran nuevas perspectivas

– ¿Y eso como se hace Justino?

Ah eso es fácil – dijo como si cualquier cosa – conozco varias maneras, pero la más efectiva que da resultados casi inmediatos si lo haces de manera adecuada es la que Diego, mi mentor me enseñó

“Cuando necesites nuevas perspectivas, busca un consejero y resiste lo que te diga” – Diego

Las palabras que terminan el consejo de mi mentor son las que de verdad duelen amigo – dijo en todo confidente Justino – no es fácil escuchar que te equivocas o que hay otras maneras de hacerlo y que a veces son del sentido común, lucen tan claras a la luz de lo evidente que te ciegas y no las tomas, solo debes esperar que pase ese sentimiento, paciencia mucha paciencia para luego ver el punto de vista que se te ofrece.

Dentro de mi oferta de servicios está la transformación digital para el sector financiero, una daga atravesó mi corazón en ese instante, me sentí traicionado por mi gran y admirado amigo Justino, mil preguntas me cruzaban por la mente, pero siempre regresaba a la misma ¿Por qué no me contrato a mí? ¿No tengo la experiencia suficiente a sus ojos?, mi coraje se empezó a notar, me temblaba la mano y apreté los dientes hasta hacerlos rechinar, empecé a respirar más rápido y fuerte, quería aventarle el café caliente por no confiar en mí ¿Qué le pasa a este señor?, en ello estaba cuándo mi amigo seguía hablando, yo no escuchaba más, mi decepción me atoraba en la silla y también quería desaparecer en ese momento.

– Si por alguna razón – Justino de manera muy clara, hizo caso omiso a mi rabieta que se notaba a leguas de distancia – piensas que contraté un consultor en Transformación Digital, me equivoco amigo, pero no abuses – ahora él me acusaba ¿Qué demonios? – no soy tonto, ya tengo uno que eres tú … busqué algo más trascendental, y que quiero lo conozcas para que ambos aprendamos de él, es un viejo lobo de mar, se llama Juan de Dios y su experiencia no es en tecnología, es en negocios que perduran, tal es su apoyo que sumará al estado de resultados.

Pasé del coraje a la humillación en nanosegundos, me sonrojé sin duda, sentía el rostro caliente de la vergüenza y no supe que decir, mi amigo de igual manera no hizo caso de mi nuevo sentimiento, siguió diciendo sin pausas

Lo primero que me dijo Diego que debía buscar en un consultor ya que un consejero es un consultor en esencia y, es algo que te había dicho ya pero no lo he leído en ninguno de los libros amigo, deberías apuntarlo – reprochó con una gran sonrisa, zanjando la incomoda situación-

“El mejor consultor es aquél que dice y además actúa de este modo: es NUESTRO problema y lo vamos a resolver” – Diego

– Es como el padrino entonces – comenté para terminar de recuperar mi episodio – lo hace “personal”

– Exacto amigo, así es como es Juan de Dios y tiene años como CEO ya retirado ahora, está en varios consejos de administración, pero lo que interesa es lo que está como perenne y no cambia con el tiempo, es algo que aún ni tu ni yo vivimos y que podemos aprender de él, sin duda.

Le platiqué de la Transformación Digital y lo primero que dijo, en un tono jocoso y sin adornos fue:

“No tengo idea de que es eso de Transformación Digital, pero te puedo ayudar a que hagamos negocios rentables que debería ser la misión de todo CEO” – Juan de Dios

Y tuve un parpadeo de dudas, eso lo sé hacer y no voy mal, me estaba arrepintiendo de elegirte a ti para este proyecto, cuándo el viejo consejero me dijo:

“La Transformación Digital no es un proyecto es una estrategia” – Juan de Dios

Y es la trampa de muchos ejecutivos que inician este camino – dijo – enfocados en las tendencias, olvidan que lo que hace que se muevan los hilos, las personas, las organizaciones y demás son las estrategias seguidos de las tácticas.

Y eso es lo que me provocó este pensamiento, regresando al tema del viaje a la playa con mis suegros, la primera pregunta que surgió fue:

¿Por donde empezamos? Y con eso en mente en nuestra primera sesión te comparto que me enseñó, para que la semana siguiente que le conozcas podamos platicar y tener la misma información.

Del fin de semana recuperamos las siguientes lecciones:

  • El objetivo era claro y bien definido: Ir a la playa para llegar a tiempo para el almuerzo, incluso podíamos definir un rango de horas
  • La familia empezó a cooperar para irse todos al viaje
  • Estaba claro ¿Por dónde empezamos? Dado el objetivo no preguntaron ¿Qué haremos?
  • Al tener claro el destino, se gestionó la incertidumbre de los participantes

¿Y sí? – dijo Juan de Dios – lo hacemos todo poniendo primero la cultura familiar, podría quedar así:

  • Somos una familia unida, nos gusta cooperar y somos cordiales entre nosotros
  • ¿Dónde nos gustaría ir?

Si por alguna razón situación que se observa a menudo, empiezan diversas propuestas y además dispares, terminarán por optar quedarse en casa a pasar el fin de semana, este movimiento apoyará sin duda alguna al objetivo tácito que tiene la familia: La cultura de la cordialidad y estar unidos, por lo que todos los miembros a pesar de no ir a la playa están en cierto nivel a gusto, aunque podrían estar mejor en la playa.

Esto mismo pasa con las organizaciones y sus iniciativas, podemos decir que:

“Cuándo no hay objetivo definido podemos llegar donde queramos, en el tiempo que sea, con el gasto que se requiera y los riesgos que tengamos que sortear” – Juan de Dios

Vaya este señor sí que es bueno – pensé, ahora recuperado de mi rabieta en su totalidad – mucho tengo que aprender de él, y así lo expresé a mi amigo

– Me ha encomendado una tarea amigo, por eso estamos aquí de hecho

– Dime feliz de ayudarte – respondí de inmediato –

{La charla completa aparecerá en el libro, muy pronto}

Seguimos hablando de trivialidades y me dijo que la semana siguiente me esperaba en BancoT, para que me presentara a su consejero, una hora más tarde nos despedimos mi buen amigo y yo.

La charla tuvo lugar el miércoles por la tarde, escribo la charla o transcribo la conversación en viernes, ese miércoles por la noche hice las cosas que le había narrado a mi amigo, como si ya lo hubiera vívido, una especie de déjà vu forzado si se puede decir tal cosa, no en su totalidad, pero si con muchos aspectos de mi narrativa, tan poderoso es el ejercicio de visualización y narración de recuerdos del futuro.

Le marqué a mi amigo para comentarle y decirle el raro hecho ocurrido, me confesó que le pasó algo similar y es cuándo tuvo certeza de que debía hacer.

“Relata el futuro de tu organización como recuerdo, con todo lujo de detalles, cosas buenas y malas incluidas, para tener una estrategia a ejecutar” – Justino

La cultura se suma a la estrategia, pero la cultura no es la estrategia en sí, por lo menos no es por dónde empezar para reflejarlo en el estado de resultados – citó mi amigo para terminar la llamada –

Y la semana siguiente conoceré a este consejero para aprender mucho más de él, me siento muy contento y emocionado por esta acción de mi amigo.

En vía de mientras, estoy haciendo mi propia visión de BancoT a cinco años como un recuerdo del futuro.

Muchas gracias por leerme.

Autor: Héctor Ortega

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 400 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor del libro: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” disponible en Amazon

https://www.amazon.com/author/hctorortega