El extraño caso del fracaso de una entidad digital

El modelo de negocios digital funcionaba, tenían licencia bancaria comercial y daban valor en la innovación para el mercado, aunque no existen más, fracasaron.

El viernes quedé para cenar con Justino en un restaurante que tiene mesas en una terraza muy bonita, llegué temprano y mientras esperaba contemplaba el paisaje, me puse de pie para apreciar de mejor manera la vista y vi que mi amigo llegaba en un servicio de chofer privado, sabía que le gustaba pero imaginé que vendría en su auto, se le notaba muy contento y no era para menos por todo lo nuevo que estaba haciendo en su emprendimiento, tras su renuncia a BancoT, apenas nos saludamos me preguntó por mi familia y correspondí con lo relativo a su esposa y sus hijos, al saber que todo iba bien.

– ¿Llegaste en Uber amigo? – cuestioné extrañado

– No, en otra plataforma similar de viajes -respondió – y mira que es interesante me cobran de manera transparente y recuerdo que una entidad hizo la primera aproximación con ellos, era una apuesta interesante, el modelo de negocios digital funcionaba, tenían licencia comercial y daban valor en la innovación para el mercado …

Conforme hablaba mi amigo, me sentí lleno de curiosidad

– ¿Por qué dices que era una entidad? ¿No existe más? – interrumpí su reflexión

– No, fracasó amigo y cerraron

– Pero ¿cómo? Las cosas que dices son las correctas – y enumerando con los dedos dije –

  1. Modelo de negocios digital funcional: Es decir, apostaban por el margen digital donde es más grande que el analógico
  2. Licencia bancaria comercial: Podían hacer todo el espectro de servicios y productos, y con el tamaño de inversión inicial, debía cuidarse mucho el retorno de inversión
  3.  Innovación con valor para el mercado: El reto muchas veces es que sea útil para el mercado, y lograron este gran reto

– Sí amigo, y una de esas grandes innovaciones fue en el servicio de transporte, por eso me acordé y otras más, dirigidas a personas jóvenes con una intención clara de ir más allá del borde financiero

– ¿Es en serio? ¿Estás seguro de que era real el logro de las iniciativas? – no podía creer que siguieron las reglas y desaparecieron, algo debía tener de fondo

– Por supuesto, de hecho, participé un tiempo como consultor con ellos, lo sé de cierto, eran espectaculares

– ¿Y por qué fallaron Justino?, es increíble

Y suspirando mientras llamaba al mesero, me dijo

– Amigo, te parece si cenamos y luego con una buena cerveza para la sobremesa te platico la lección que aprendí de esa iniciativa ¿Te parece bien?

Asentí con la cabeza, tenía hambre y seguro no me concentraría si me platicaba, ordenamos y el servicio puntual del restaurante hizo una velada increíble, casi olvido que me debía esa charla, cuándo estábamos ya en la sobremesa y algunas cervezas después, ordenó dos cafés y me dijo:

– No creas que se me ha olvidado, ¿Listo para platicarte lo que pasó? Y conozcas de primera mano por qué cerraron sus operaciones

… Había una vez una organización que basó su estrategia en tres pilares – dijo, mientras miraba su humeante taza de café sin azúcar

Y enumerando con los dedos de la mano me dijo:

  1. En innovación, tendencias y ejecución para entregar al mercado su oferta diferenciada
  2. En su licencia bancaria
  3. En su modelo de negocios digital

Me explicó que era un caso muy real, todo era según las reglas, contrataron a un equipo de primera línea, trajeron lo mejor de lo mejor y pagaron como se debe, muy bien para que los mejores estuvieran contentos, se contaba con un presupuesto importante, el dinero no era el problema, todo estuvo dispuesto desde el primer día.

Durante un par de años, las cosas empezaron a ir muy bien, empezaron poniendo el estándar muy alto, generaban innovación que corrían a validar con el regulador, no se saltaban las reglas, los equipos tenían amplia experiencia en temas del sector financiero, sabían que es un negocio basado en la confianza y en el riesgo, no se les pasaba nada, el regulador era muy importante y así lo consideraban.

Está claro que mi curiosidad iba en aumento, pero entonces, ¿Dónde puede estar la falla? Sigo sin entender, un fraude interno quizá, un cambio drástico de regulación que cerró su principal fuente de ingresos, pero se me antojaba complicado, ya que dijo muy claro Justino que cuidaban mucho al regulador, mientras seguía elucubrando ideas y teorías para el cierre, mi amigo me seguía diciendo.

La prensa empezó a cubrirlos, una nota tras otra era pan de cada día, no vinieron a ser una entidad más, apostaron por todo lo alto y estaban logrando avances para todo el sector, no se detenían a saber que ciertas cosas por costumbre no se hacían, cuestionaban todo y pedían que se hicieran, no fueron pocas las cosas nuevas que lograron se autorizarán para el mercado.

– Entonces, ¿Se distrajeron tanta innovación?

– No Héctor, la fuente de ingresos era la principal idea para generar innovación, buscaron mercados cerrados apoyados por el regulador, mercados desatendidos pero muy apetitosos y con grandes posibilidades probadas de negocios

– Entonces, sigo sin entender amigo, ¿Se dispersaron mucho y no lograron una estrategia clara?

– Más o menos – dijo Justino y me acomodé en mi silla, quizá ahora me diría la razón –

Me explicó que de las tres cosas que me había dicho, hay una que le faltó

– ¿Y cuál puede ser Justino?

– El cuarto pilar donde basaron su estrategia, fue su CEO

Recordé que, para ser CEO de una entidad financiera bancaria, no es un tema menor, debes cubrir ciertos requisitos importantes, edad, experiencia probada en el sector, además de solicitar permiso al regulador para ello, ya que puede ser un tema de riesgo sistémico, es decir, no es fácil nada fácil ser CEO de una entidad financiera y lo expresé.

– Amigo, ¡Pero ser CEO de un banco no es fácil! ¿Qué pasó entonces?

Y entonces me narró lo que pasó con detalles, más allá de conocer la historia, me advirtió que era para que él mismo lo tuviera presente, para no cometer los mismos errores.

La historia empezó con la siguiente frase, que me dio espacio para apuntarla en mi cuaderno:

“CEO que no tiene un único rumbo, a cualquier lugar que llegué no le gusta” – Justino

El flamante CEO en cuestión, cambiaba el rumbo de la organización dos o tres veces al año, no la táctica que es los pasos para llegar al objetivo ¡No señor!, la estrategia completa de raíz.

Podían pasar de cambiar el core bancario a la generación de un modelo basado en economía de APIS

Podían pasar de apertura cuentas digitales remotas, a buscar nuevos nichos cerrados en mercados ocultos

Podían pasar de crear una tarjeta de débito para un público objetivo muy joven, en un segmento de mercado especifico a estrategias para controlar el efectivo en la central de abastos de la Ciudad de México

– Pero, no veo el problema amigo ¿Es una gran estrategia para captar un ecosistema cada vez más amplio?, no logro ver el problema

Y solo respondió tajante

“En su natural hiperactividad no esperaba que terminará una iniciativa, para iniciar otra igual o más titánica que la anterior”

– ¡Los equipos de personas se agobian con eso!

– ¡Los quemas! Literal Héctor, mucha gente renunciaba al poco tiempo, otros más aventureros seguían en el barco contentos

Y me surgió otra pregunta, que no me detuve para hacerla

– ¿Y la innovación? ¿No que era rentable?

Mi amigo Justino sonrió enigmático, luego asintió con la cabeza para decirme

– Claro que era útil al mercado, pero no dije que fuera rentable

– Sutil diferencia Justino – acoté

Luego, mi amigo sacó una libreta negra y una pluma fuente hermosa

– ¿Y esa libreta amigo?

– Me la regaló Diego – tuve como respuesta

Y anotó algo que luego me leyó:

“La innovación no solo debe ser útil, eso solo es el primer filtro, debe ser rentable” – Justino

Me dijo que esta historia tenía que ver con el aprendizaje, por eso apuntaba las ideas principales

– ¿Qué otras lecciones te han dejado estas experiencias amigo?

Y empezó a enumerar un material que justo me parece valioso, por eso pedí permiso para anotar y compartirlo contigo que me lees, es el siguiente:

{Aparecerá solo en el libro, espéralo pronto}

La noche nos había embargado sin apenas notarlo, Justino dijo que por esa noche era suficiente, era hora de retirarnos tenía que contarle a un cuento para dormir a su hija, lo había prometido y ni hablar, le gustaba hacerlo, la calidad de tiempo con la familia era una de las cosas que debía tener siempre.

– ¿Sabías que el CEO de un banco muy importante que es líder a nivel mundial, cena todos los lunes con su papa? Y no importan las circunstancias a menos que esté de viaje, pero procura no viajar en lunes – preguntó Justino

– ¡No sabía amigo, interesante!

– Y cada vez que me agobia la agenda, recuerdo a este gran CEO y me reservó tiempo para mi familia

Nos despedimos una vez pagada la cuenta y cada quién se fue en su auto de renta de chofer.

Autor: Héctor Ortega

Muchas gracias por leerme

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 500 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor de los libros: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” y “Una serie de preguntas incómodas” disponibles en Amazon

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