Aquí el inicio de la relación de Justino y el viejo consultor
– ¿Has visto el programa “El socio”? – preguntó Justino
La interlocutora era Tania, una mujer muy joven, inteligente y con muchas ganas de hacer las cosas bien, la contrataron para temas de procesos
– No, ¿Debería verlo?
– Personas, Productos, Procesos
– ¡Las tres P! – concluyó Tania, a Justino le agradaba por su agilidad mental
– Por eso estás aquí, tenemos atención en las personas, creamos el producto, pero necesitamos procesos, pero …
– Los procesos son aburridos – añadió Tania- es el reto, para que los sigan
Justino sonrió por lo bajo, esa actitud de adelantarse para demostrar que se sigue el hilo, le recordaba sus primeros días, Diego suspiraba y sonreía, recordó a su amigo mientras dirigía una mirada al cielo
– Quiero que conozcas a una persona, Tania, por favor, acompáñame
El viejo consultor traía una taza de café y su mochila al hombro, saludó muy cortés a Tania, quién no espero un segundo
– ¿Usted me puede ayudar con los procesos? – Justino se despidió de ambos, sonriendo de manera misteriosa
– No es mi área de especialidad, señorita – Tania hizo un mohín de disgusto, sin disimulo alguno – pero si me acepta una hamburguesa, mientras me platica que requiere, quizá conozca a la persona que le pueda ayudar
– No como hamburguesas – respondió categórica
– Entiendo, pero ¿Me acompañaría a comprar una?, le tomaría unos cuántos minutos – aceptó lanzando un suspiro
Tardaron pocos minutos, regresaron a la oficina donde el viejo consultor le pidió a Tania unos minutos en una sala de juntas
– ¿Le ha parecido suficiente, Tania?, quizá ¿Le gustaría repasar los puntos importantes? – Tania no supo qué decir, su proceder no le permitía de primera instancia no decir nada, tenía que entender, sin duda era algo que pasó por alto, segundos que se le hicieron eternos, tuvo que rendirse, con una voz más calmada dijo
– Lo siento, no entiendo a qué se refiere
– ¡Franquicia! – alzando la voz, mientras lo escribía en el pizarrón el viejo consultor, con letras muy granes y apresuradas
Tania se dejó caer en una silla, entreabrió los labios sorprendida, como si de pronto se le apareciera un ser de otro mundo
“Los procesos deben ser una franquicia”
– Exacto – mientras añadía el viejo consultor – se tiene un manual que es funcional para todos, se cumple por qué hay alguien que supervisa, pero lo más importante tiene que ver con un binomio
“El proceso se exhibe como experiencia de valor agregado, para que el cliente lo juzgue”
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