¡Una App que tiene cosquillas!

Un esfuerzo constante, de manera irremediable te va a cansar en algún momento, lo mismo pasa con los equipos de personas, en algún momento se convertirá en un modus operandi que no será más novedad y el esfuerzo empezará a decaer.

De este modo sentenció el CEO la estrategia de esfuerzo constante, mi amigo Justino me platicó la manera en que la táctica disfrazada de estrategia llevaría a BancoT a otro nivel, esto sucedió más o menos así …

Llegué a visitar a mi amigo, habíamos acordado tomar un café el martes a las 11:00 am, tiene por costumbre hacer esto con una persona distinta dos veces a la semana, me acabo de enterar y en esta ocasión me tocó a mí, dice que esta café que por lo regular es un tiempo estricto de cuarenta y cinco minutos, lo tiene organizado de este modo:

  1. La persona debe ser muy puntual, de no serlo, se cancela la cita, esa regla es oro
  2. A las 11:00 menos cinco, Justino se encuentra en la entrada del edificio de BancoT, donde espera solo tres minutos como tolerancia, que espera no ocupar
  3. Apenas llega la persona invitada, se dirigen al café que está a unas cuadras del edificio, en el camino empiezan a platicar de alguna cosa relevante, muchas veces es la persona quién expone y Justino solo guía la charla
  4. Se tiene como tiempo efectivo treinta y cinco minutos de charla, ya en el café en una mesa cómoda, por ello conocen los gustos de Justino y le atienden con familiaridad

Llegué quince antes de las once de la mañana, así que tuve que esperar solo unos minutos para aparecer a un Justino que veía su teléfono mientras caminaba, le atajé para decirle que si seguía así podía atropellar a alguien, le sorprendí un poco, primero con una mirada de “¿Quién te crees para decirme tal cosa?” asumo que luego de reconocer mi rostro, sonrío de manera amplia y me saludó, me indicó con un ademán que fuéramos directo a la cafetería.

Desde que salí de casa, mientras viajaba en el Uber hacia BancoT, estaba pensativo en que debía platicar con mi amigo, cierto es que me resultaba más provechoso saber algo de su quehacer y terminé decidiendo ese rumbo para nuestro encuentro, no dejaría que me preguntara cosas de mi persona, quiero saber que está haciendo y mucho de ello me sirve para mi propia empresa, es el motivo ulterior para abordar sus consejos y comentarios.

A los pocos minutos guardó el celular en la bolsa izquierda de su pantalón, ¿Cómo tengo el detalle de que bolsa era?, bueno, eso es simple, me dio dos indicaciones para la charla, me dijo que no era como amigos, sino más bien un ejercicio de apoyo mutuo, para lo cuál me pedía dos cosas:

  1. Activar el modo avión para mi teléfono
  2. Colocarlo en mi bolsa izquierda de mi pantalón

A punto estaba de cuestionar, la razón de que fuera en la bolsa izquierda cuándo me asaltó con una frase que hizo que la duda no tuviera importancia:

“Un esfuerzo constante de manera irremediable te va a cansar en algún momento, lo mismo pasa con los equipos de personas, en algún momento se convertirá en un modus operandi que no será más novedad y el esfuerzo empezará a decaer” – Justino

Tomé unos segundos para repetir en mi mente la frase, seguíamos caminando hacia el café, no cruzamos palabra hasta que estuvimos sentados, entonces sin que cuestionará nada, mi amigo me dio la explicación:

Cuando eras niño de entre cinco y seis años – dijo con tono de autoridad – es probable que te hayas cuestionado, que tan lejos se tenía que llegar en este adoctrinamiento escolar, te informaron que era luego del preescolar, la primaria, secundaria, preparatoria y luego a universidad, como una ruta académica, para ser doctor, abogado, ingeniero o lo que quisieras ser, arquitecto quizá, agregó para dar una certeza al planteamiento.

El asunto es que, cuándo te graduaste perdiste tres cosas:

  1. Un modelo que te califica el esfuerzo
  2. Una ruta clara, que vista desde este niño y su edad, le tomaría poco más de quince años
  3. Un esquema de logros parciales bien definidos

Todo esto te proporciona un status quo, y te abona la gestión de incertidumbre para tu vida, hasta el punto cuándo terminas el ciclo, te incorporas a una organización y es probable que busques crecer ascendiendo puestos, pero ya no hay calificación ni reglas claras, no te rindes y te adaptas al mundo que te toca ahora, pero en esta adaptación te surgen cosas que debes hacer y desarrollar:

  • Compromiso
  • Autocapacitación
  • Esperar la oportunidad, es más común que buscarla
  • Esfuerzo diario para un fin, aunque no tengas claro cuál es
  • Esperar años, para tener experiencia y luego presumirla para exigir un puesto superior

En todo este maremoto de sensaciones, te puedes perder, te cambias de organización y mejoras de puesto, es divertido cierto tiempo y retador, y un día te surge la oportunidad maravillosa de ser CEO de una organización, es muy probable el puesto más alto y posible de momento, el reto no es menor y estarás muy entretenido un buen tiempo, muchos retos surgen día a día, pero tarde o temprano será un terreno conocido, y no dejará de ser divertido por qué siempre está en constante cambio, pero las ganas de enfrentarlo disminuyen cuándo aprendes a gestionar riesgos, resolver problemas, generar estrategias y puede ser muy peligroso que digas: “Ya tengo el oficio, me falta experiencia pero tengo tablas para salir adelante”

En este punto, mi buen amigo hizo una pausa para saborear su café, me percaté que yo mismo no había probado mi bebida, estaba absorto en esta especia de catarsis de Justino, muy pendiente de donde nos llevaría, no quería como era mi costumbre tratar de adivinar el sendero, decidí que era mejor disfrutar del momento, le di espacio de pensar en las siguientes palabras mientras seguía absorto en el limbo con la mirada perdida, al cabo de unos segundos regresó para decirme:

En esto estuve pensando mucho amigo, y todo surgió a raíz de una pregunta que me hizo mi hijo, dice que le gustaría ser doctor, quería saber cuánto tiempo y que debería hacer para llegar a ser un buen doctor, mi hija escuchó la pregunta y se acercó lento para mirarme con cariño, le abrace y una vez resuelta la duda de mi hijo, le pregunté:

– Hija, ¿A ti que te gustaría ser?

Y su respuesta dio un vuelco en mi corazón, pero me dio tarea de cómo podía ayudarle

– Papi – dijo – yo cuándo sea grande – y clavó su mirada al tiempo que con sus manitas me sostenía la cara – quisiera ser CEO de BancoT

Mi cara de sorpresa ante la respuesta de la niña coincidió con la de mi amigo, ya sabes, ese gesto que entreabres la boca y mueves la cabeza, que petición tan interesante …

– ¿Qué respondiste amigo?

– Bueno, te debo confesar que, ante la sonrisa complacida de mi esposa, le di la ruta que a mi llevó a este puesto, cosa nada sorprendente amigo, lo que siguió a continuación es lo que importante

– ¿Es que hay más? – cuestioné – vaya sí que es interesante, no puedo esperar

– ¿Y que debe hacer un CEO papi?, para que sus amigos y amigas se diviertan

La niña asumió que el rol de CEO era similar al de la maestra o la directora de su escuela, al estar en un jardín de niños, una de las cosas que más le parecía interesante, es justo como divertirse, ya que había escuchado a una maestra decirle a otra, que ya no sabía que hacer para entretener a los niños, había agotado su arsenal y era la responsabilidad más grande que tenía, divertir para enseñarles.

Desde ese día, siguió diciendo mi amigo Justino, me quedé reflexionando sobre esa dualidad planteada por mi hija, lo puse en una frase para no perderme, es la siguiente amigo, vamos puedes tomar nota como siempre, y claro que puedes publicar todo esto, ambos reímos de buena gana:

“La diversión es el mejor ingrediente para sumar al estado de resultados, entonces divertirnos es la estrategia” – Justino

Y todo amigo mío, por una maestra de jardín de niños, tuve que ir a felicitar a esa mujer días después sabes, creo que no el quedó muy clara la razón, pero seguro sabe que está haciendo un gran trabajo con los niños y niñas que tiene en su grupo.

Una nueva pausa llegó, para seguir saboreando la bebida que se había enfriado, no así mi interés para saber que había hecho a raíz de este descubrimiento tan interesante.

Mi amigo me miro muy directo, no logré sostenerle la mirada, me volví con toda mi atención en el café para tomar un respiro, para escuchar su explicación que tanto había demorado.

Amigo, hicimos tres cosas nada más para gestionar la incertidumbre de mi equipo:

  • El equipo estableció una estrella polar
  • Diseñamos el servicio utópico en un mundo real
  • Y para finalizar, estamos en el proceso de clasificar a BancoT, para ponerle cinco niveles de crecimiento, dejando bien claro que características debe tener las personas y la organización, para ascender entre niveles

Y el servicio utópico es lo más interesante, tiene la base en una técnica de los sentidos, se llama 5,4,3,2,1 en esencia es lo siguiente:

De una interacción con el servicio utópico, dime:

  • 5 cosas que viste
  • 4 cosas que escuchaste
  • 3 cosas tocaste
  • 2 cosas que oliste
  • 1 que saboreaste

Bueno, lo cambiamos un poco debo decir, y todo esto se basa en que:

“La App tiene cosquillas” – Justino

Y claro que recordaba tal cosa, ahora tenía mucho más sentido, se refería a que estaba viva, y por lo tanto sentía, se percibía, se tocaba con los sentidos y reaccionada en consecuencia …

“BancoT tiene una aplicación financiera con sentimientos” – Justino

Con esa frase y la técnica 5,4,3,2,1 que estaba basada en un planteamiento hecho por la psicóloga clínica Ellen Hendriksen para reducir la ansiedad, aplicada a una App financiera, quedo algo más o menos así:

{El detalle de la técnica para la app que tiene cosquillas, estará disponible en el libro, muy pronto}

Es un ejercicio que puede ser tomado como referencia, el uso de la técnica es simple, valioso y divertido, la suma de las tres técnicas hace de este modelo una estrategia poderosa, le dije todo eso a mi amigo, agradecido por tan valiosa información, pedí permiso para llevarla a mi propia empresa con la adaptación necesaria por supuesto, estuvo de acuerdo y se ofreció ayudarme en caso de que tuviera dudas.

Terminamos el café y nos dirigimos de regreso a BancoT, al llegar a la entrada del edificio, el reloj enorme marcaba 11:45 de la mañana, mi amigo se despidió y ambos volvimos a nuestro día a día, el como CEO de una organización muy grande, yo me senté a tomar notas para no olvidar nada y seguir como CEO de una PYME, por primera vez conversamos de CEO a CEO … que lujo y honor.

Muchas gracias por leerme.

Autor: Héctor Ortega

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 400 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor del libro: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” disponible en Amazon

https://www.amazon.com/author/hctorortega