“El presupuesto ya está asignado, son cinco millones de dólares para los primeros tres años, serás el CEO del laboratorio de innovación, solo tienes que firmar el contrato y empezar a la brevedad”
– ¿Y eso que significa amigo? – cuestioné a Justino, el mensaje que acabas de leer es un mail que me compartió con un detalle que, al leerlo con más calma identifiqué
Me llamó la atención la fecha del mail, este mensaje tenía cuatro años de enviado, supuse que sería de hoy, pero no, era un mensaje antiguo, equivocando la actitud de nuevo, volví a asumir y creí que era un error de mi amigo, pero no dije nada, espere su respuesta a mi cuestionamiento
– Es una oferta que me hicieron, hace unos cuatro años atrás Héctor, que decliné por supuesto
– ¿Y a qué viene el retomarla?
Y entonces me platicó que un amigo suyo, por coincidencias de la vida, llegó a ese puesto y lo desempeñó todo este tiempo, su nombre es Gabriel Ortiz, no tengo el gusto de conocerle y jamás lo había escuchado, le busqué en Linkedin, pero no le encontré, cosa curiosa para una persona que se supone se dedica a innovación – pensé, pero no expresé -.
– ¿Y tu amigo sigue ahí?
– No, de hecho, lo despidieron y me ha buscado para colocarse de nuevo
– Entiendo Justino, debe ser un tema complicado con ese nivel de ingresos
– Y nivel de vida amigo, no sabes, los compromisos que ha contraído por pensar en que contaría con ese ingreso como CEO, por eso te pido ayuda
– Seguro amigo, aunque no entiendo cómo puedo ayudarle
– Marca personal amigo, para darle visibilidad y sé que puedes hacerlo ¿cierto?, como un favor especial Héctor
Suspiré, pero no podía negarme, le compartí como hice Beernnovation la comunidad más influyente del sector financiero y lo que he aprendido en este camino, para poco a poco buscar un lugar como líder de opinión, me queda mucho camino …
– Pero estás en el camino, otros no estamos – dijo en todo melancólico Justino
{La estrategia aparecerá en el libro}
Mi buen amigo apuntó el proceso, lo agradeció dijo que, si podía compartirlo en ese instante con su amigo, asentí por supuesto, si tenía dudas y abusando de la amabilidad que le profesaba, pudiera compartirle mis datos para que me buscara, asentí de nuevo.
En lo que esperaba que Justino mandara el mensaje, me saltó una pregunta que le hice apenas terminó.
– ¿Por qué lo despidieron?, me refiero a tu amigo Gabriel
Justino frunció el entrecejo, asumí que estaba cruzando una frontera peligrosa y me retracté
– Disculpa amigo, no es de mi incumbencia, por favor acepta mis disculpas
Mi buen amigo me miró directo a los ojos, para estallar en una carcajada que hizo voltear a más de uno resultó un tanto incómoda, al menos para mí, Justino estaba muy cómodo y feliz. Yo muy confundido, hice muecas de pedir más información de su conducta.
– Amigo – dijo todavía entre risas – no tienes que ofrecer disculpas, como se te ocurre, eres mi amigo y te aprecio mucho, por eso me dio mucha risa
– Bueno, gracias, supongo Justino
Y ya recuperado de su estallido de júbilo, me comenté que la salida o más bien despido, por qué así fue el proceso de su amigo Gabriel se debió a una sola razón, que para mal de muchos y consuelo de tontos, era muy común.
– ¿Qué es …?
– No estoy de acuerdo amigo, creo que son dos cosas distintas
– Me da gusto que no estés de acuerdo – replicó Justino – es muy generalista, pero es un comportamiento recurrente, no el único por supuesto, pero el más común sí que lo es, le pasó a Gabriel de hecho.
Antes de que pudiera decir algo más, Justino empezó a narrarme la travesía de Gabriel en los años que dirigió el laboratorio de innovación, no puedo compartir la totalidad con los detalles por ser delicados, pero la esencia no tiene mayor problema y es algo muy interesante, vamos a ello:
Justino dividió el relato en cuatro bloques, los enumeró con los dedos de la mano, que fue la evolución de Gabriel, me dijo que era un poco de su autoría y reflexión propia.
- Luna de miel
- Clímax
- Realidad
- Éxodo
Me ha dado un recorrido por cada uno de ellos, así el camino de este CEO de un Laboratorio con cinco millones de dólares de presupuesto.
Luna de miel
El amor envuelve en su aroma los malos olores, es mediocre la frase reconoció Justino, pero es cierta como observación y válida dentro del contexto que duro un par de años, Gabriel desde el día uno puso sobre la mesa un eje para cargar la estructura de innovación, con tres vectores que disparaban las acciones.
Como el eje de todo el modelo, puso a la cultura, le he criticado varias veces “su concepto” de cultura – anotó Justino con vehemencia – que entendía debía ser abierta, cercana, condescendiente, aunque directa, descentralizada y basada en el autoaprendizaje de las personas.
– ¡Es genial Justino!, ¿Quién no quiere trabajar bajo ese modelo?
– Sí, en el papel está bien delineada, por lo que tu comentario es de mucho valor, muchas personas quieren trabajar sobre ese modelo, me incluyo amigo, pero … ¿Cuántas de estas personas, saben trabajar con un modelo de este tipo?
– Creo que no entiendo amigo, ¿Quieres decir que pueden abusar a propósito?
– Claro, en primera instancia es lo más natural, aunque incorrecto, el asunto es la responsabilidad de este modelo, se finca al CEO ya que dictó la estrategia, si no hay resultados ¿De quién es la culpa? – acotó Justino –
Lo pensé por unos minutos, era interesante la pregunta
– ¡De la estrategia! – respondí casi gritando por la emoción –
Justino asintió y luego preguntó
– ¿Y el responsable es?
– El CEO por supuesto, entonces Justino, quiere decir, que las personas están un tanto liberadas de no tener resultados, ya que la estrategia y el modelo seguido, no avisaron a tiempo quizás de la ausencia de resultados, se me ocurre
– Y se te pueden ocurrir todas las razones que gustes, Héctor, serán válidas – cuándo hablaba muy en serio, Justino solía llamarme por mi nombre de pila –
Y dijo que ese período le llama Justino, la luna de miel, duró poco más de un año, se mudaron a Querétaro una ciudad a 3 horas de Ciudad de México
– ¿Por qué hasta Querétaro, Justino?
– Calidad de vida – respondió agregando una mueca de “no tengo más ideas al respecto y acepto esa cómo válida” – al menos así lo compró la junta directiva de socios
Por ahí de los dieciocho meses, quizá menos, lo sé de cierto Héctor – dijo mi amigo Justino – ya que somos grandes amigos desde la universidad y hablamos mucho, dos o tres veces por semana, por eso me preocupa mucho su situación.
Un mohín de disgusto sin disimulo alguno, empaño el rostro jovial de mi amigo, no dije nada y esperé.
El clímax
Durante toda la luna de miel decidieron ¿Cómo querían las cosas?, hicieron procesos, trajeron consultores para tener apoyo en tecnología, talento humano, procesos de integración de equipos, siempre pensando en los colaboradores como socios, no se les llamaba empleados, estaba casi penado, solo en este sentido se le veía una mirilla para ver la realidad de la cultura que tenían, eran socios no empleados, muy claro lo decían, todos se llamaban por su nombre y se sentaban donde quisieran, no tenían lugar asignado.
– Espera – interrumpí – ¿Me estás diciendo que, durante un año, no tenían atisbos de negocios?
– Concentrados en los socios internos (empleados) para entender a los socios externos (clientes) – fue la respuesta
Añadió que el clímax, vino cuándo se sintieron con toda la capacidad y cohesión interna, para salir a preguntar a los socios externos, ya sabían que eran un gran equipo y su tasa de retención de talento era 85%
– ¿Por qué no 100%, Justino?
– Unas cuántas personas se aburrieron mucho, tuvieron una visión, uno de ellos era un conocido que, por caprichos del destino, trabajó en BancoT, se fue para Europa en un viaje de autodescubrimiento para regresar y encontró una oportunidad de trabajo con Gabriel
– ¿Qué visión?
{Esta visión por ser delicada y puede herir susceptibilidades, solo aparecerá en el libro}
– Eso lo explica Justino, buena lección
La realidad
“A todos los santos les llega su día” – dice el refrán y así le sucedió a Gabriel, una economía cambiante hizo que el viento cambiará de dirección, los años anteriores la junta directiva eran felices con lo que se hacía, las reuniones, vídeos que hacían, notas de prensa que los ponían como una de las grandes promesas del futuro del trabajo en el sector financiero, era el paraíso.
– Y estaban … ¡innovando! – interrumpí de manera inconsciente a Justino, dando voz a mis pensamientos
– Te adelantaste amigo … por eso me caes bien
Justino siguió el relato, la junta de accionistas al cambiar los vientos, preguntaron a un CEO acostumbrado a las palmadas y felicitaciones. Ahora el tono de la conversación había cambiado.
– ¿Cuál es la expectativa de ingresos, para el siguiente año fiscal? – nótese por favor querido lector o lectora, el énfasis en la palabra ingresos, tiene que ver en el relato, muchas gracias, sigamos –
El CEO traía en su iPad muchas cosas, presentaciones fabulosas de eventos de integración de equipo, avances en el modelo de gestión de proyectos, fotos de la biblioteca y las charlas que daban para transmitir conocimiento, la memoria tomada por un fotógrafo profesional (muy costoso) del taller de lectura que hacían cada dos meses, para el siguiente año Gabriel tenía pensado crear un modelo de analítica de datos avanzado para predecir las posibles compras de las personas.
Justino me dijo que Gabriel le contó esa junta, durante segundos se sintió nervioso, como si le hubieran dejado de consentir de pronto, el hijo favorito y consentido no podía ser reprendido, nunca hacía cosas mal hechas, sumado a que todo le celebraban, debía ser algo que estaba asumiendo y no tenía nada de que preocuparse, con esta nueva certeza renovada, se impuso a la junta de socios.
Explicó, que el modelo predictivo con inteligencia artificial sería alimentado durante unos años, se esperaba que como resultado pudiera en un centro comercial por ejemplo, adelantarse por comportamiento de la masa, intuir que sería la compra siguiente de la persona, y con esa información, sugerir lugares, pagar con crédito para participar en meses sin intereses, iba a dar una serie de ejemplos, pero Gabriel era un maestro de las presentaciones, notó de manera inconsciente que estaba perdiendo a su audiencia y reviró, cambiando de estrategia.
Se puso de pie, enfundado en sus jeans rotos y playera de cuello V con tenis muy blancos, se dirigió a la socia María, una señora muy elegante vestida, entrada en sus setenta años, tradicional y se notaba a leguas que toda su vida había sido millonaria, para decirle.
– María, imagina que vas al mall, terminas de comprar un vestido y la aplicación “sabrá” que un porcentaje alto de personas que terminan de comprar un vestido en esa tienda, en esa franja horaria, ese día de la semana, se dirigen a comprar un café
Solo dos socios, uno de ellos María, no hicieron mueca alguna, el resto estaba sorprendido y seguían muy entusiasmados con Gabriel y sus ideas.
Gabriel un rockstar en su terreno, estaba extasiado de emoción, tenía la idea de que tenía donde quería al consejo, recorría con paciencia cada rostro mientras asentía con la cabeza, o bien regalaba un guiño respetuoso, nada de exageraciones, modales muy bien cuidados y estudiados, hasta qué … llegó con el rostro de María.
– ¿Cuál es la expectativa de ingresos, para el siguiente año fiscal? -repitió María, con énfasis de nuevo en ingresos
Y eso fue un golpe duro de realidad para Gabriel, trató por todos los medios explicar que cosa era para él su quehacer y responsabilidades, regresó a explicar las bondades de su investigación y …
– Alto – El tono de María, sin ser agresivo, imponía – por favor, detente Gabriel no quiero detalles, solo respuestas a la pregunta, pero antes dime algo por favor
– Lo que necesites, María – medio tartamudo respondió, un otrora muy seguro Gabriel –
– ¿Qué entiendes por innovación?
Recuperó el aliento, la seguridad, la postura, las intenciones ante el caramelo que lanzó María, era un tema de su total dominio, hasta clases daba al respecto y era muy admirado por ello.
La explicación duró unos minutos, al terminar María pregunto otra vez
– Gracias Gabriel, ¿La innovación provee ingresos? – muy directa la pregunta, que Gabriel no supo reconocer el tono de ironía, cometiendo un error de apreciación que pago caro
Le repitió la definición tan bien aprendida, como si se tratara de una alumna lenta que se le tiene que repetir, el tono quizás, el mensaje, las maneras, no sabemos que es lo que provocó el enojo de María
– Eso ya lo dijiste, pregunté muy claro Gabriel ¿La innovación da ingresos? – nadie se movía siquiera, la tal María era la socia mayoritaria, muy amable otras veces, pero conocida por su poca paciencia en ciertos momentos, Gabriel se estaba enterando
– Puede ser, pero no es su fin María … lo que sucede es que innovación es …
Una mano abierta de María se puso enfrente de la cara de Gabriel, deteniendo su perorata
– Puedes ser específico, eligiendo SÍ o NO, por favor, Gabriel – el tono amable no logró disimular la amenaza que se cernía sobre Gabriel, que en esta ocasión la reconoció antes sí, desnuda en su totalidad con una sonrisa cruel, no era ningún tonto
– SÍ María, claro que puede generar ingresos
María, no quería más sangre, su siguiente pregunta era ¿Puede o DEBE? … pero ahorro violencia, agradeció y terminaron ese tema para pasar a discutir: ¿Queremos una Fintech?
– No, el tema siguiente en la orden del día es: Spin-Off – dijo alguien
El éxodo
Desde ese momento todo fue en picada, las cultura otros años muy fuerte y como estandarte del Laboratorio de Innovación, se empezó a desmoronar, ahora se exigía que no solo se tratara de investigar sin fechas límites …
La primera vez que Gabriel mencionó tal concepto: Fecha límite y ligado luego a resultados esperados, no faltó quién contuvo una risa, pensaron que estaba bromeando, de hecho, una persona no logró controlarse y estalló en una carcajada.
Gabriel no se enojó, lo tomo con calma y les explicó la reunión, la situación era clara, no querían investigación, querían resultados, durante tres horas casi cuatro, echaron pestes ante el mandato oficial, que estaba ciego y no entendía lo que se hacía en el Laboratorio de Innovación, no entendían para que se crean, si se dieran una vuelta desde “el Olimpo” verían los resultados.
La verdad es que debían agradecer que no se dieran una vuelta, en la junta de accionistas se veía solo números rojos importantes y sin retorno de inversión, al final TODO es negocios.
Justino me dijo que alguien le contó qué en el banco le decían “La empresa Montessori” a el laboratorio que dirigía Gabriel, tal mote estaba bien ganado, en opinión de Justino.
Al terminar el relato, o lo dimos por terminado, mejor dicho, me pasó un pensamiento que pregunté:
– ¿Y Gabriel ha cambiado, Justino?
– No, cree que ha hecho bien su trabajo, no le queda claro que los negocios se tratan de generar ingresos presentes o futuros, da igual si es un laboratorio de innovación, debe dar ingresos sobre un retorno de inversión o algo que permita recuperar los gastos
– ¿Y por eso no lo llevas contigo?
Justino, solo sonrío
Autor: Héctor Ortega
Muchas gracias por leerme
Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 500 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation
Y autor de los libros: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” y “Una serie de preguntas incómodas” disponibles en Amazon