¿Ya puedo vender mi empresa?

– ¿Sabes cómo analizar un modelo de negocios? – Me preguntó Justino hace un momento
– No, amigo – respondí confundido, y sin entender la razón de su cuestionamiento
Y añadió que, para iniciar su etapa como emprendedor de servicios financieros digitales, se hizo una pregunta simple:

¿Qué tengo que hacer para vender la empresa?

– ¡Espera! – le atajé en seguida – ¿Como quieres vender algo que nos has creado?

– Para crearlo bien – respondió con seguridad extrema

Y me explicó acerca de los métodos para analizar modelos de negocio, por qué: “Al final y al principio, todo se trata de negocios”

Diego lo ha citado para iniciar la empresa, este temido (así lo dijo Justino) primer contacto, para definir y responder la pregunta: ¿Por dónde empezamos?, y se ha llevado una sorpresa, ocurrió algo interesante y me parece muy relevante de conocer, no solo nos puede ayudar en un emprendimiento también en cualquier proyecto, pero no me adelanto, te comparto lo que me ha platicado mi amigo Justino.

Llegó puntual a la cita, sabía por experiencia que a Diego le gustaba ese rasgo en las personas y lo valoraba mucho, para su sorpresa su ahora socio ya estaba esperando, quedaron de verse en unas oficinas que rentaron por unas horas, es espacio muy pequeño con solo tres sillas y una mesa, un pizarrón enorme y paredes de vidrio transparente, unos plumones para pintar y dos libretas completaban mobiliario y cosas que se podían ver, muy minimalista y pequeña le pareció a Justino como primera impresión.

Se saludaron como los grandes amigos que eran, Diego le tenía preparada una humeante taza de café, apenas se sentaron el viejo dijo:

– Tenemos dos horas reservadas, aprovechemos cada minuto Justino – en su tono no había prisa, tenía un tinte de mensaje sin llegar a ser orden, como cuándo dices algo de lo que estás tan convencido que con el tono de voz es suficiente, para que tu interlocutor esté de acuerdo, tal era la manera en que Diego dijo esas palabras

Se levantó de la silla, dirigiéndose al pizarrón con un plumón negro y otro azul en la mano izquierda (Diego es zurdo natural), pero antes de empezar a escribir un pensamiento atravesó su cerebro y se detuvo, regresó para sin palabra alguna darle la libreta a Justino, una de las cosas que al viejo le gustaba era escribir a mano, un rasgo que le parecía muy raro a Justino y que por cierto no compartía, la libreta tenía un elegante forro de piel negro, venía con otro regalo, una bella pluma fuente ya preparada con tinta china lista para escribir. Justino abrió la libreta y la primera página tenía una frase que leyó atento, ante la mirada de su socio, las hojas no tenían renglones ni cuadros, solo eran hojas en blanco con un papel grueso y de muy buena calidad, se notaba que fueron diseñadas de manera especial, entonces a Justino le vino un pensamiento – ¡es un inicio! – para repetir en voz alta, la frase que estaba escrita con una hermosa caligrafía manuscrita con una pluma fuente y decía:

“La cultura de una organización empieza en el día uno” – Diego

Justino no dijo nada, solo asintió con un ligero movimiento de cabeza y, decidió que tenía que tomar notas a mano, quizá era parte de la prueba de inicio de la empresa – pensó –

Diego regresó al pizarrón y dibujo un círculo enorme, luego en una forma de estrella puso otros cuatro círculos que se ligaban como el sol y sus planetas, no decía palabra alguna, solo se esmeraba en hacer los dibujos lo mejor posible, Justino decidió que era una manera de darle tiempo a copiar el dibujo en su cuaderno y así lo hizo, la pluma fuente era una delicia, se deslizaba por el papel de una manera que lo empezó a disfrutar, que descubrimiento, ahora lo entendía y lo tenía claro, lo apunto en la hoja siguiente al diagrama que dibujaba:

“La experiencia de una actividad está relaciona con los sentidos” – Justino

Regresó a la primera hoja donde estaba la frase de Diego, puso la fecha del día y su nombre: Justino invierno 2022

Diego, por su parte puso un título al dibujo, se podía leer:

“Construye como franquicia” – Diego

En el círculo del centro escribió: “¿Cuál es nuestra propuesta única de valor?” y en los círculos alrededor las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué problema resolvemos?
  2. ¿Por qué nos eligen?
  3. ¿Por qué nos recomendarían?

Luego, se volvió a Justino para con una leve inclinación de cabeza, sugerir alguna pregunta

Justino se puso de pie para igualar posiciones, suspiró con mucha fuerza y entendía que ahora tenían un mismo nivel Diego y él, pero le costaba trabajo apreciar en su totalidad esta nueva manera de relacionarse, cerró los ojos con fuerza para detener esa línea de pensamientos y obligándose a concentrarse en lo que leía en el pizarrón.

– ¿Es todo? – dijo sin pensarlo mucho, se arrepintió apenas salieron las palabras de su boca, pero no se detuvo, tenía que decir lo que pensaba como lo pensaba, eso hacían los amigos y con esta reflexión aceptada por su fuero interno, dio rienda suelta a sus comentarios

Diego regresó a buscar su humeante taza de café, le gustaba tomarlo caliente y sin azúcar, encontró lo que buscaba y se sentó a escuchar con paciencia a un Justino que bombardeaba con sus preguntas

– ¿Y no es mejor empezar con un modelo canvas?

– ¿El cash-flow para estimar los temas financieros?

– ¿Qué tipo de organización tenemos que crear? ¿Sofom, Sofipo, Fintech? … ¿Banco?, no, eso sí es mucho decir

– ¿El equipo que tenemos que contratar?

– ¿Y qué hay de la inversión?, no hemos hablado de eso Diego

El viejo sorbía su café atento a su amigo y socio, no mostraba emoción alguna, su rostro impasible seguía cada pregunta de Justino, atento y pendiente de la siguiente pregunta

– Bueno, quizá me adelante Diego – dijo para detener su perorata de preguntas Justino – es probable que tengas otra idea en mente y te he dicho cosas que corresponden al CEO, debí preguntar primero

– ¿Es esto una reunión de consejo?

– Lo es – respondió Diego

Justino, se llevó las manos a la boca como para limpiarla, en un gesto desesperado de solicitar explicación sin decir palabra alguna, tal petición quedo entendida por Diego que solo dijo

“Mantener la estrategia simple es un arte que, permitirá la ejecución en todos los niveles” – Diego

Y añadió:

– Mi querido amigo – Justino se extraño ante el paternal gesto de Diego, era inusual en el viejo – debo decirte que es la lección más importante que aprendí y quiero compartirla contigo, reducir para tener un mensaje claro es un reto, un arte si quieres y me parece más aceptable, debemos desarrollarlo y consentirlo.

Le explicó que a propósito solo reservó dos horas en ese lugar, para que cuándo se hicieran reuniones en el futuro Justino dijera una y otra vez, hasta que quedará como “el mensaje que se repite hasta hartarnos”

“Si definimos la estrategia completa de la organización en una hora, no se necesita más tiempo para el asunto que tratan” – Diego

Y si alguien preguntaba

– Justino, nos platicaste que estuvieron dos horas ese día

Debía responder, sonriendo

– Se reservaron dos horas, en una definimos la estrategia y en la otra hora platicamos de las vacaciones de fin de año

Y debes añadir, para reforzar el mensaje

– Ah, es que primero se trabaja y luego te das un premio, así es como nació la organización y su cultura

Justino sonrió, todo tenía sentido y ese viejo que tenía enfrente llamado Diego, no paraba de darle lecciones, ahora en otro sentido y se sentía complacido por la decisión que, y el rumbo que su vida había tomado, poco le duró la sensación, un nuevo pensamiento se apoderó de su mente … ¿Me toca desarrollar todo eso?

Y Diego, como si leyera la mente de su amigo, dijo:

– Justino, hay algo que creo que debes saber mi querido amigo – otra vez ese gesto paternal, aunque ahora con menos molestia fue recibido – y tengo la mejor manera de explicarlo

Le pidió que fuera a la última página de la libreta, y encontró un poema de Mario Benedetti, Diego le pidió que se lo leyera en voz alta, cerró los ojos y sorbiendo café se dispuso a escuchar, Justino inicio diciendo:

De Mario Benedetti, un poema titulado “Táctica y estrategia”

“Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites”.

Justino se sentó de nueva cuenta, leyó otra vez en voz alta el poema, cerró los ojos, suspiró y cerró con fuerza la libreta, luego la abrió de nuevo y leyó en total silencio.

– ¡Esto es la estrategia! – dijo muy exaltado Justino – y es lo más importante, simple para que sea la base de nuestra organización

Y Diego, más como amigo que como mentor, completo la frase de Justino

– Y la puedan entender, asimilar, ejecutar y repetir por la simpleza que tiene

Ambos se miraron y chocaron sus tazas

– ¡Salud! – al unísono se dijeron

“Una estrategia equivocada mata negocios, las tácticas equivocadas generan aprendizaje” – Diego

Justino se puso de pie, vio de nuevo el pizarrón y con firmeza borró todo el contenido, luego se volvió a Diego y preguntó:

– ¿Qué hacemos con el tiempo que nos sobra? – y rieron de buena gana ambos amigos

– Platíquenos de tus vacaciones de fin de año, Justino ¿Dónde fueron?

Y los dos amigos siguieron platicando de sus respectivas vacaciones, para diez minutos antes de vencer la reservación Justino le dijo a Diego:

– Contrataré tres servicios para iniciar la organización, un despacho de abogados, consultoría en riesgos y un experto en finanzas – Diego solo le miró, entendía que no era una petición, era un comentario de Justino

 Y cuándo se dirigían a la puerta Justino dijo:

– Diego, también empezaré a buscar el consejo consultivo para tener el gobierno corporativo antes de empezar operaciones

Diego le dio una palmada en la espalda, muy satisfecho de su joven amigo y socio

Autor: Héctor Ortega

Muchas gracias por leerme

Héctor Ortega

Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 500 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation

Y autor de los libros: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” y “Una serie de preguntas incómodas” disponibles en Amazon

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