Esa mañana se levantó muy contenta, durmió muy bien, su vida tenía sentido, recién le habían contratado en una Fintech de diseñadora de experiencia de usuario (UX), rebosada de felicidad.
Su nombre Cinthya, chica joven recién graduada de una prestigiosa universidad, su primer empleo y tenía toda la actitud y ganas de comerse el mundo de un bocado.
Estaba a punto de ponerse a trabajar (En home office, claro) mientras disfrutaba un café, abrió su Linkedin, estaba agradecida con la plataforma, desde ahí había encontrado trabajo. Ahora se disponía a la segunda parte del proceso, APRENDER lo más rápido posible.
Uno de sus amigos, le recomendó seguir palabras claves, para aprender de los creadores de contenido, quizá siendo un tema de experiencia podría encontrar cosas interesantes, así lo hizo.
Eligió UX (el hashtag) primero
Fintech … en segundo lugar
Se quiso asegurar de que había “cosas interesantes”, encontró que en efecto, había mucho que leer y aprender, una nueva ola de felicidad le embargo, cosas muy puntuales, artículos, videos, cursos, talleres, personas con muchas recomendaciones de libros, mucha gente que seguir, muchas cosas que leer … la felicidad se esfumó, del mismo modo que llegó.
Agobiada, decidió conectarse a la primera reunión del día, en su nuevo y flamante empleo, sonrió para sus adentros.
Casi llegando el mediodía, regresó con nuevas esperanzas a la Linkedin, le llamó la atención un hashtag y empezó a seguirlo, sin darse cuenta leyó y leyó, hasta que una alarma de una junta le sacó de esa lectura, era de un personaje que se hacía llamar: El Viejo Consultor
Le mando invitación, ni lenta ni perezosa
Antes de terminar la jornada laboral, vio con gusto que el Viejo Consultor aceptó su invitación, con esta frescura de las nuevas generaciones, hizo una pregunta fuerte y directa por mensaje directo:
– ¿Qué me recomienda ahora que inicio mi carrera en UX?
Segundos más tarde, le respondieron
– ¿Ha ido usted de vacaciones, alguna vez?
– Sí
– ¿Se ha hospedado en algún hotel?
– Sí, claro
– Conoce el mensaje que se pone en las puertas: “No molestar”
– Claro
– Mi número es +52 XXXXXXX ¿Me puede compartir el suyo?, por favor, creo que es maravilloso su consejo
Y años atrás, es como nació Cinthya una gran diseñadora de experiencia de usuario.
Muchas gracias por leerme