Inicia un nuevo año, el CEO estaba haciendo su planeación anual, sentía la imperiosa necesidad de auditarla de alguna manera, eso le había enseñado el año anterior, no podía ser juez y parte.
Alguien le recomendó al viejo consultor, un mote raro pero interesante, le busco, al llegar, vi un hombre viejo claro, sin mayor presencia, sin ego, no le dio confianza la primera impresión.
– Me interesa comentar la estrategia del año, con usted, dicen que es bueno haciendo tal cosa, me interesa que me ayude a ver los posibles huecos
El viejo asintió sin decir nada
El CEO le comentó la estrategia, tardó casi una hora, explicando con números, apoyado de una presentación ejecutiva, de gráficos, de frases, muy colorida y animada.
– ¿Qué le parece? – quiso saber
– Poco importa lo que me parezca – dijo tajante el viejo consultor – la pregunta es ¿A quién ejecutará le gusta?
Y sin dejarle hablar, siguió diciendo
– ¿Qué quiere decir?
– En numerosas ocasiones, se apoyó de notas para mostrarme su estrategia, pero es una parte, la forma, la otra es claro, el fondo
Para abreviar, en un sentido ejecutivo – dijo el viejo consultor – podemos ponerlo de esta manera
Si usted solo basa su estrategia de los deseos en tendencias, encontrará que tiene mucho que hacer y luego ver como se integra en su negocio, si solo se concentra en dolores la competencia vendrá por usted y arrasará con su negocio, el binomio es importante.
¿Cómo puedo hacerlo? – quiso saber con un tono humilde el CEO
¿Te gustaría saber como le ayudo el viejo consultor?