El fin de año se acerca y en BancoT se hacen preparativos para celebrar, un año complicado lleno de retos nuevos derivados de la pandemia, pero es tiempo de celebrar también, se tienen triunfos importantes y esfuerzos colosales, en definitiva, el balance es positivo – me narró Justino en un mail que me ha enviado –
Le pregunto por Telegram
-Justino ¿Por qué me cuentas esto por correo?
-Amigo, para que no pierdas ningún punto importante y ha sido el cierre del año, creo que es valioso
-Sin duda amigo, lo aprecio mucho y en nombre de tus lectores agradezco mucho el gesto
El mensaje lo he copiado y pegado del correo, así que quizá puedas encontrar diferencias de estilo en la redacción, dice así:
Hola, amigo:
Te quiero contar algo que me ha pasado, me parece que tiene un valor importante y sé que lo aprecias tanto como yo, el asunto es el siguiente:
En este fin de año se ha celebrado la cena de consejo de BancoT, hay dos invitados de honor para esta celebración amigo, algo que no te he contado antes, pero que en esta ocasión es importante mencionar.
El más importante, es una persona que se elige por todo el equipo de BancoT para dar un discurso breve, donde cuenta su error más grande y su proyecto más exitoso, son estos dos requisitos indispensables para el mencionado discurso, esta persona se elige por todo BancoT en una votación democrática para celebrar que se aprende de ambas situaciones por igual.
El segundo invitado de honor es el CEO de BancoT, y dada las circunstancias que vivimos y como bien sabes amigo, mi futuro en este NeoBank es incierto se convirtió en un evento importante de la celebración (Hago un paréntesis para comentar que, Justino tiene una oferta para salir de BancoT y es motivo de otra de las #CharlasConJustino, la que cierra el año 2020 en su quehacer como CEO de un NeoBank).
Pase toda la semana pensando en que hablar en la cena amigo, mi esposa e hijos me dieron varias sugerencias interesantes, que me ayudaron a decidir el eje de mi mensaje y dejar una huella en esta noche tan especial, que bien era mi despedida de esta organización.
Mi discurso ha sido de una historia, donde la confianza, la enseñanza y la tolerancia dan grandes resultados, una historia donde era mi propia historia, sin halagos vanos, ni palabras huecas, donde expresé mi sentimiento libre de tapujos, agradeciendo de manera abierta y pública a Diego, mi gran mentor por todo el apoyo por estos años en BancoT como su CEO, expresé de manera abierta que mi aprendizaje bajo su tutela había llegado a su fin, poco ya me puede enseñar y debo seguir mi camino, rematé para finalizar mi discurso.
Con mi emoción al máximo, les narré días de como viví mi primera semana en BancoT que has puesto en las #CharlasConJustino y la ocasión en que me despidieron, las lecciones de mi mentor y amigo: El Chairman Diego el viejo lobo de mar.
Al terminar, un abrazo de amistad sincera y una lluvia de aplausos cerró la cena amigo, levanté mi copa y brindé por BancoT, por Diego y por la vida ¡Salud! Respondieron los asistentes y siguieron los aplausos.
La velada siguió con muchas muestras de afecto, tantos abrazos que mi espalda estaba toda dolorida amigo, apretones de manos y más de un “¡no te vayas!”, pero ya era tarde, mi decisión de salir está tomada como bien sabes amigo, las circunstancias y el momento lo exigen.
El tiempo se fue como agua entre las manos, solo quedamos unas cuántas personas que seguíamos disfrutando de las bebidas y la compañía, entre ellos Diego, mi esposa, Teodoro y Martín, mi esposa bostezó de manera discreta lo que hizo que viera mi reloj, casi las 6 de la mañana para mi sorpresa, me levanté en señal de despedida y fin del evento, pero mi esposa me hizo una negación ligera con la cabeza y la mirada, sabía que estaba pasándola muy bien y no quería cortar el momento.
En ese justo momento, Diego se levantó y dijo en voz alta y ya un poco ebrio:
-Señores – y con un ademán de caballero mirando a mi esposa – y señora, no sé ustedes, pero yo ya tengo hambre es sábado y se me antojan unos tacos …
Notamos en ese momento amigo, que todavía quedaba gente en otras mesas, ante el anuncio de Diego silbaron con vítores de apoyo ante la iniciativa del viejo, pero estallaron cuándo dijo:
– ¡Y yo pago!
La persona elegida dentro del equipo de BancoT, la misma que dio el discurso, una desarrolladora de aplicaciones de nombre Sandy, alzó la voz y dijo:
-Hay unos muy buenos, aquí a dos cuadras Diego
Y ahí nos dirigimos, unos más ebrios que otros, platicando y con frio, pero contentos de ir a comer tacos con el Chairman, toda una nueva experiencia, la comitiva estaba encabezada por Sandy, mi esposa Diego y yo, nos tomó unos minutos llegar hasta el mencionado lugar, Sandy casi tropezó con un BMW rojo deportivo que llamó la atención de todos por la hora y estacionado en la calle.
-Hola señorita Sandy ¿Cómo está? – dijo el señor de los tacos apenas nos vio y sonriendo ante el tropezón de Sandy con el BMW, nos dio los buenos días al resto de la comitiva
-Señor Carlos – respondió Sandy con amabilidad – aquí estamos con toda la empresa
-Excelente señorita, ya los atendemos por favor pasen
Y de manera rápida sus asistentes nos dieron una mesa, la limpiaron en un abrir y cerrar de ojos, acomodamos nuestra humanidad lo mejor que pudimos ante las mesas que para mi sorpresa unieron, no tenía bien idea de cuanta gente éramos, conté 13 personas al final en la mesa y el señor de los tacos empezó a calentar tortillas de manera inmediata.
En unos cuántos minutos, nos sirvieron tres órdenes de diferentes tacos, pusieron salsas y refrescos para elegir, no preguntaron nada de nada, no ofrecieron el menú ni supimos la oferta que tenían, se limitaron a poner tacos, ofrecer refrescos y cervezas.
Empezamos a comer apenas llegaron los tacos, y solo salían unos y otros, daba igual de que eran, teníamos hambre y la conversación se tornaba alrededor del buen sabor de estos tacos y el frio que se sentía en la madrugada de este sábado.
Diego, en una oportunidad entre taco y taco, me dio un leve codazo para señalarme algo que le pareció interesante, le conocía bien ese gesto y estuve atento a unos comensales que llegaron al puesto, pero no logré identificar nada inusual y seguí enfocado en comer mis tacos.
Poco a poco, se calmaron los ánimos del grupo a medida que se llenaban los estómagos, poco antes del final y de la satisfacción de la necesidad, el Señor Carlos llegó con una olla de café y su ayudante con otra de atole de maíz, solo empezaron a pasar las bebidas calientes a todos los comensales, nadie desprecio ni hizo gesto alguno ante la acción del Señor Carlos.
Terminamos muy satisfechos por decir lo menos del festín, y dimos las gracias al Señor Carlos y sus ayudantes, no tenemos queja alguna del servicio, lo recomendaremos – dijo alguien de manera muy atinada – y pedimos la cuenta para terminar la fiesta.
Diego, como prometió pidió ver la cuenta que le traían, sacó su cartera y pagó con una tarjeta de crédito de BancoT, le cobraron sin problema y nos dirigimos de regreso a la oficina, para tomar nuestras cosas y retirarnos a dormir un poco, algunas personas de la comitiva Sandy incluida ahí mismo pidieron un Uber y se despidieron.
Caminamos casi una cuadra hacia la oficina, mi esposa iba a mi lado abrazada por el frio y la felicidad del momento, cuándo Diego se detiene y pregunta:
– ¿Podemos regresar un minuto al puesto de tacos?, por favor
– Si claro Diego, ¿Hay algo que olvidaste?
– No, quiero revisar algo que te puede interesar Justino
Y lo que sucedió a continuación, es justo lo que quiero platicar contigo amigo
Sigue en parte 2 …
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Muchas gracias por leerme, nos vemos en otras de las #CharlasConJustino
Autor: Héctor Ortega
Laboró durante 10 años para una entidad financiera, como responsable de Banca Electrónica de 6 países, en 2014 fundó Hypertech una empresa dedicada a canales digitales para el sector financiero.
Fundador de Beernnovation: Una comunidad del sector financiero con más de 400 miembros para divulgación, podcast y la revista llamada Be Innovation
Y autor del libro: “CEO de un NeoBank ¿Ahora que hago?” disponible en Amazon