¡Quiero seguir siendo Fintech!

En el lobby de un coworking muy conocido en CDMX, sentado estaba esperando me recibiera mi cliente, para coincidencia la cafetería-bar está enfrente.

Dos personas se dirigen hacia mí, me toman por sorpresa, me pongo de pie, ¡Oh sorpresa!, no es mi cliente, qué pena, disimulo para no aceptar el ridículo que acabo de hacer

Son dos personas, de unos treinta y medio años, a leguas se nota que hacen (la jerga en su conversación los delata ) EMPRENDEDORES, bueno en cliché su vestimenta también.

Se sirven dos cervezas frías, hace mucho calor esta tarde en CDMX, muero por acercarme para decirles ¡Larga vida a Beernnovation! y unirme a su conversación

Pongo atención, para no cometer el mismo error de saludar a la persona correcta, la conversación me envuelve

– Estoy preocupado, amigo – dice el que presumo es mayor de edad, se nota que tiene más experiencia

– ¿Por?

– Nuestra Fintech (dice el nombre y reconozco ahora al CEO) ya no es lo que era antes

Sí, debí acercarme para compartir una cerveza, pero no soy bueno hablando con las personas

– ¿A qué te refieres?

– Somos lentos ahora, las decisiones no son tan simples, imagina, ahora tenemos varios comités para tomar decisiones

– ¡Usa scrum! – le dice muy campechano su amigo

– No entiendes nada – responde molesto – es necesario involucrar a las personas en un comité, no son decisiones sencillas, son estratégicas – da un sorbo importante a su cerveza –

El interpelado no se inmuta, y pienso que me gustaría aprender esa habilidad, vuelve a la carga

– ¿Vas que vuelas para ser un Banco elefante?

– Creo que sí, pero es inevitable, hay más gente, más áreas, más responsabilidades, era fácil criticar antes, cuándo éramos pocos, ahora coincidir en horario es complejo

– Pero contra eso hemos luchado, mi Fintech (dice su nombre, no la reconozco) automatizamos todo, no queremos tener mucha gente para no tener que tener estos problemas

– ¿Cuántos clientes tienes?

– Casi 30K – lo traduzco a “Deben ser poco más de veinte mil”

El hombre mayor, se interesa en su cerveza ahora, mientras murmura

– La automatización no lo es todo, compromete el servicio al cliente que tanto hemos peleado

Empiezan a plantear escenarios, de atención con chatbot, de procesos de autogestión de clientes, habla de una iniciativa de inteligencia artificial

– ¿Héctor, como estás?

Mi cliente me saluda sonriente, lanzó un suspiro, no podré escuchar en en que termina …

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Pasan 3 horas, salgo de la reunión y en el elevador, oh sorpresa …

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