Era una actividad de integración de equipo, eran directivos de empresas importantes, de esos tomadores de decisiones de saco y corbata elegantes, se hicieron tres partidos de manera simultánea.
Un invitado, era nuestro amigo El Viejo Consultor, que también jugó futbol.
Una hora bastó para darse cuenta, que en el tema de rendimiento físico, los años pasaron su factura.
Al terminar el día, se reunieron para un brindis, solo hablaban del partido, que quién ganó, que equipo eran, si metieron gol o no, entre otras temas, aunque el dominante era una distorsión:
“Mi mente estaba 100% segura que llegaría al balón, pero mi cuerpo no respondió” – dijo un ejecutivo
Las risas y aprobación, no se hicieron esperar, eran viejos y grandes amigos, todos los presentes. El viejo consultor, tomó la palabra y les dijo:
Las risas se cortaron de un tajo, con el filo del comentario.