Esa noche llovía en el centro de la ciudad, Justino caminaba había tenido un día complicado, recién había renunciado a su puesto de CEO en BancoT, su amigo Diego ya no estaba entre nosotros, mucho tuvo que en su decisión.
¿Hacía donde vamos? Reflexionaba avanzando sin un rumbo fijo, mientras las gotas se resbalan en su rostro, no estaba desesperado, solo un tanto triste, cerrar un ciclo no era tema sencillo, y menos cuándo eres el CEO, aprendiste el oficio, agradecido debes estar, se decía para sus adentros.
¿Hacía donde vamos?
De nuevo la pregunta, y más preguntas siguieron:
¿Fintech es el futuro?
¿NeoBank es mejor apuesta?
¿Ser 100% digital es el rumbo?
¿Un nicho de mercado es la opción?
¿Seguir la tendencia o ir en contra?
Diego le dijo alguna vez:
Al doblar en una esquina, tropezó y arrollo a una persona de edad avanzada.
- Disculpe por favor, señor – mientras le ayudaba a ponerse en pie
- Estoy bien gracias – dijo el viejo, mientras se sacudía el lodo de su traje
- Me da mucha pena, señor, de verdad, estaba distraído, espero no se haya lastimado
Ahorraremos palabras y tiempo, en un ir y devenir de formalidades sociales, terminaron yendo a tomar un café
Ese día Justino, por azares del destino conoció a nuestro amigo El Viejo Consultor, quién venía de una dar una conferencia en un hotel cercano.
Le generó confianza inmediata, le compartió su estado de ánimo, El Viejo Consultor luego de la conocer las preguntas, le dijo: