Los quince minutos en la oficina del tomador de decisiones
De alguna manera, el CEO se había escabullido del mar de vendedores de la consultoría en Transformación Digital
– Hola, mi nombre es … el CEO de este NeoBank
– Un placer, me llamo … pero me dicen el viejo consultor – el tomador de decisiones hizo una mueca de disgusto
– ¿No te interesa competir por el proyecto?
Ir tan directo no era buena señal, el disgusto ni siquiera lo disimulaba, el viejo consultor tenía experiencia, decidió ponerse a la altura, sin ser grosero, solo responder como se requería
– Los proyectos que me interesan, deben tener un objetivo que tenga impacto en el mercado
– ¿Tan arrogante eres?, me habían recomendado tus servicios, claro que me advirtieron que eras pedante, quería conocerte
– Entonces, el proyecto ya está ganado, entiendo – El tomador de decisiones, sonrió por la suspicacia de su interlocutor, aceptando el hecho sin restricciones – si pensar en TU (énfasis en el pronombre posesivo) negocio, que debe tener ingresos que permitan TU permanencia en el mercado, me hace ser presumido, me declaro culpable – mientras una media reverencia le hacía
– ¿Qué quieres decir?, vamos al grano, sin tapujos
– Pido permiso para ser brutalmente honesto, con o sin consecuencias, pero notificado, por favor – su voz tenía ese rasgo de amabilidad genuina, como cuándo tu mejor amigo, te ofrece disculpas por lo que te va decir … –
– Lo tienes, me agrada – asintiendo con la cabeza el CEO- me agradas – corrigió
– ¿Disculpa? – la frase del viejo consultor le hizo levantarse de la silla, respingo como si le hubieran dado la noticia de su vida