Gracias, pero NO, dijo tajante a Justino, el joven CTO decidió que no quería que el CEO en otro tiempo un gran CIO fuera su mentor.
– ¿Un CTO debe ser reactivo o proactivo? – fue el argumento de Justino a tal comentario
– ¡Proactivo! – la juventud e inexperiencia le hicieron responder rápido, había mordido el anzuelo, Justino sonrió por lo bajo
– Busca un mentor Cristino, te será útil, sugiero que … responda la pregunta que te acabo de hacer, dependiendo de su respuesta, sabrás si te ayudará para tu crecimiento
Cristino hizo muecas, la pregunta vivió en su mente unos segundos, despreciaba a ese CEO arrogante (a sus ojos), era obvio que tenía que ser proactivo, vaya pregunta tan vaga y sin sentido.
Este episodio sucedió hace algunos años atrás, cuándo BancoT anunciaba ser el primer NeoBank en México, de las primeras apuestas para un modelo digital, Justino era recién nombrado CEO, estaba aprendiendo el oficio.
Hace unos meses, conocí a Cristino, ahora Justino y él, son buenos amigos, ambos ya están fuera de BancoT, la casualidad nos regalo un encuentro fortuito, me pareció una persona muy agradable el ahora no tan joven CTO, Cristino, hicimos buena amistad luego de una pregunta que surgió en la charla.
– Héctor, ¿Un CTO debe ser reactivo o proactivo? – me preguntó Justino
Estuvimos hablando de tecnología y como el quehacer de un CTO ha ido cambiando, con asuntos como inteligencia artificial, pone sobre la mesa una oferta que no podemos rechazar, este tema nos llevó a la pregunta anterior, pero como conozco a mi amigo, sabía que esperaba una respuesta reflexiva, aunque gracias a que conozco grandes CIO, la respuesta fue fácil, es obvio que no es fruto de mi experiencia, es de conversaciones de personas con mucha experiencia.
– El deber ser es proactivo, pero la operación lo hace reactivo
Cristino se revolvió incomodo en su silla, más tarde me confeso que esa pregunta ya se la había hecho Justino, solo que la había olvidado, ahora en el tiempo entendía la respuesta, coincidimos, de hecho, lo que no sabía era por qué la preguntaba Justino, un rasgo de su juventud era no quedarse con las dudas
– ¿Por qué haces esa pregunta, Justino?
– Para saber, si el CTO tiene claro por qué le pagan y como puede ser uno más o ser un diferenciador – su tono de voz era como si hubiera dicho algo, del dominio público, tan obvio que resulta chocante dar explicaciones
– ¿Y estás de acuerdo con la respuesta de Héctor?
– Sí, pero no es un estrategia, es una observación
– ¿Disculpa?
Sonreí por lo bajo, Cristino no estaba acostumbrado al tono de voz de Justino, cuándo usaba frases a modo de silogismos.
– ¿Te puedes explicar? … por favor
– ¿Para que le pagan a un CTO?
– Para arreglar problemas
– ¿Cómo lo hacen CIO?
– Si resuelve la mayor cantidad de problemas, con la menor cantidad de tiempo, aprovechando los recursos de la mejor manera
Cristino lo dijo muy convencido, como si lo tuviera tatuado, yo solo estaba como en un juego de tenis, iba y venía mi mirada, entre estas dos personalidades, aprendiendo, escuchando y tomando notas mentales, para poder compartir contigo la historia.
– ¿Y cómo hacen CEO a un CIO?
– Improbable, Justino, eres de esos casos excepcionales
– ¿Cómo te haces un caso excepcional?
Ahí caí en la cuenta, la técnica de los 5 por qué, o algo similar, estaba muy entretenido con la charla, tanto que no me di cuenta de que derramé el café, rompiendo la sinergia de la conversación, me sentí torpe y ofrecí disculpas.
Luego de unos minutos, asumí que el momento estaba arruinado, pero para mi sorpresa y beneplácito personal, mi torpeza dio respiro a Cristino para reflexionar
“La estrategia te hace excepcional”
Intentó usar el mismo tono de Justino, quedó pésimo, mucho camino por recorrer tenía.
– Cerca, Cristino, pero es un juego de acciones, si lo quieres unir en una frase podría ser así:
Pero no era nada tonto, Cristino
– Si hago una estrategia de ser proactivo, entonces mis tácticas me llevarán por ese camino
Justino añadió
Y los tres nos hundimos en una reflexión, bebiendo sorbo a sorbo un frío café, en una tarde de marzo.